CREACIÓN DE ORGANOS

ESPAÑA CREA UN CENTRO DE VANGUARDIA PARA CREAR ORGANOS DE TRASPLANTE.

La investigación se basa en sembrar células madres sobre estructuras inertes de corazones, hígados o riñones de donantes.
Es una apuesta a largo plazo, y la sanidad española quiere estar en cabeza: la posibilidad de desarrollar órganos o tejidos bioartificiales a partir de material humano. Los resultados no serán visibles "como mínimo, hasta dentro de 10 años", aseguró este martes el cardiólogo Francisco Fernández Avilés durante la presentación del primer laboratorio del mundo destinado en exclusiva a la creación de órganos bioartificiales con células madre para uso en humanos, en lo que son pioneros científicos de EE UU.


El centro, ubicado en el hospital Gregorio Marañón de Madrid, se inauguró con la presencia de Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid, y Cristina Garmendia, ministra de Ciencia, Tecnología e Innovación.
Lo que denominó el propio Fernández Avilés como "hito en la medicina regenerativa" ha conseguido, de momento, eliminar todo el contenido celular de un órgano -en este caso, nueve corazones donados previamente para la investigación médica- usando el modelo desarrollado por Doris Taylor, de la Universidad de Minnesota (EE UU), que emplea el sistema vascular del corazón (arterias y venas coronarias) para introducir un jabón biológico que sirve para eliminar casi todas las células.
Taylor, que asistió al acto, ha probado esta técnica en animales y hace dos años sorprendió a la comunidad científica al anunciar la creación de un corazón bioartificial de rata, un híbrido mitad biológico, mitad artificial, capaz de latir. Con este proceso de "lavado", explicó Fernández Avilés, es posible obtener una matriz o andamiaje celular y eliminar todo el contenido celular, pero manteniendo la estructura tridimensional intacta, incluyendo vasos y válvulas. También se puede quitar el ADN del donante (que, lógicamente, en el caso del corazón será cadáver, aunque cuando se empiece a trabajar con hígados o riñones podrán ser vivos). Esta posibilidad "reduce la posibilidad de rechazo del órgano" cuando se trasplanta, dijo Fernández Avilés.

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