EL ÁRBOL MULTICOLOR.

No se trata de una obra de arte contemporáneo, ni tampoco de un osado artista poniendo en práctica sus dotes en la naturaleza. Estamos ante la presencia de una belleza natural, producto de la evolución y parte de la maravillosa diversidad del mundo vegetal. Nos referimos al Eucalyptus deglupta, una especie particular de eucalipto que parece “pintado a mano alzada”.




Conocido también como eucalipto arco iris, kamarere o gomero Mindanao, este enorme y particular árbol es único en el reino vegetal, ya que no existe otra especie arbórea que tenga una variedad de colores tan amplia en su corteza.

Originario de Filipinas, Indonesia y Papúa Nueva Guinea, actualmente tiene una gran distribución mundial como especie exótica, y es considerado muchas veces como un árbol ornamental, a pesar de su enorme tamaño.

El secreto de su gran gamma de colores radica en cómo ocurre el cambio de su fina corteza a medida que el árbol va creciendo; una corteza que se caracteriza por ser la más fina de todos los eucaliptos, con tan solo 3 mm de espesor.

A lo largo del año, la corteza del Eucalyptus deglupta se desprende en diferentes momentos y de forma irregular. A medida que las capas se van desprendiendo, revelan la nueva y fresca corteza verde, que queda ahora expuesta. Ésta cortaza expuesta irá envejeciendo lentamente, y a medida que esto ocurre primero cambiará de verde brillante a un verde más oscuro, que luego se volverá azulado tendiendo a morado, pasando por el rosa y el naranja. Por último, el color se convertirá en un marrón parduzco justo antes de que ocurra la nueva exfoliación. Debido a que este proceso está ocurriendo en diferentes zonas del tronco y en diferentes etapas al mismo tiempo, los colores son variados y están constantemente cambiando. Como resultado, el árbol nunca tendrá el mismo patrón de color dos veces, lo que lo convierte en una obra de arte viviente.


 Eucalyptus es un género de árboles y arbustos que tiene varias particularidades, además de esta llamativa especie de colores. Descrito y nombrado en el año 1788 por un botánico francés, la palabra Eucalyptus procede de las palabras griegas: eu, que significa “bueno o bien” y kalipto, que significa “cerrado”. Por ende, este nombre significa “bien cerrado” y hace referencia al opérculo que cierra el cáliz en la flor. Sin dudas, una de las características más singulares de los eucaliptos son sus flores, formadas por alargados estambres que sobresalen de estructuras similares a cápsulas endurecidas. Estas cápsulas están formadas por la unión de los pétalos y los sépalos cerrados por una tapa, y es lo que se denomina opérculo.

Independientemente del continente que habitemos, es muy probable que en algún momento de nuestra vida nos hayamos encontrado con alguna de las casi 700 especies de eucalyptus que existen. Sin embargo, y a menos que se trate de algún lugar en Oceanía, nuestros encuentros probablemente hayan sido con especies exóticas, ya que la mayoría de estos grandes árboles son originarios de Tasmania y Australia, siendo el E. deglupta una de las pocas excepciones.

Los eucaliptos son árboles de crecimiento rápido que pueden llegar a una altura máxima de hasta 70 metros, por lo que son considerados una de las especies más altas del mundo. Producto de su rápido crecimiento, el eucalipto tiene una gran necesidad de agua. Fue esta característica la razón por la cual se plantaron, durante los pasados siglos, enormes cantidades de eucaliptos en regiones pantanosas del Norte de Australia y en zonas del Mediterráneo, con el fin de absorber el agua de grandes extensiones de territorios, reduciendo el espacio vital del mosquito anofeles, transmisor del paludismo y malaria.

Debido a las particularidades de la pulpa que se puede obtener de estos árboles, los eucaliptos se cultivan actualmente para obtener papel, además de ser utilizados para la fabricación de muebles y para la obtención de aceites esenciales.

El eucalipto arco iris, razón de ser de este artículo, además de ser utilizado para fabricación de papel, también es empleado con fines ornamentales en jardinería debido a la belleza de su corteza. Como no produce ninguno de los aceites aromáticos de los otros eucaliptos, puede convertirse en una maravilla para la vista, proporcionando una dimensión mágica al paisaje sin emitir aroma alguno.







Comentarios