¿POR QUÉ SE CONTAGIAN LOS BOSTEZOS?

El 60% de los humanos es sensible a la repetición de este acto cuando lo realiza alguien cercano. Fascinantes teorías explican el motivo.

No solo los humanos bostezamos, muchos otros animales lo hacen (incluyendo a los monos y a los perros, pero también, a pájaros y peces); suelen ocurrir antes de acostarse o justo al despertar, con el hambre o el aburrimiento.


Bostezamos incluso antes de nacer (a las escasas 20 semanas de gestación);  aproximadamente el 60% de las personas es sensible a su contagio (tienden a bostezar al ver, o incluso al oír, a otra hacerlo); sin embargo, en enfermos de esquizofrenia o el autismo apenas se propaga; el mero hecho de leer repetidamente la palabra "bostezo" induce a ello; y posiblemente le esté sucediendo a usted ahora mismo, al finalizar el párrafo.

La mera intuición lleva a pensar que el bostezo ha de tener alguna utilidad. Si la evolución lo ha conservado durante miles de años, por algo será. Estas son algunas teorías que explican su existencia:

-La teoría de la oxigenación. Cuando disminuyen los niveles de oxígeno (lo que tiende además a provocar somnolencia), el bostezo serviría para inyectar una dosis rápida que permitiría contrarrestarlo. Es una hipótesis aún por demostrar.

-La teoría de la activación. La mayor parte de los bostezos ocurren antes y después del sueño, o cuando nos sentimos adormilados. Al bostezar, mejoraría nuestro nivel de alerta (el cerebro le intenta decir al cuerpo: "no duermas, mantén la vigilancia"). Al igual que la anterior, es una hipótesis por demostrar.

-La teoría de la temperatura. Esta es una de las teorías que más fuerza ha ganado últimamente, como demuestra este estudio de la Universidad de Princeton. Se basa, fundamentalmente, en que bostezar permitiría disminuir la temperatura, “refrigerar el cerebro". 

¿Y POR QUÉ SE CONTAGIAN?

Aunque tantos tipos de animales bostecen, parece que su contagio solo se da en humanos, chimpancé, perros y lobos. Y el 60% de las personas es sensible a esta incontrolable “infección”. Estas dos teorías se disputan la razón.

Una de ellas versa sobre la comunicación y la sincronización.“Una posibilidad es que en las especies sociales que coordinan sus niveles de actividad, copiar los bostezos puede ayudar a sincronizar el grupo” afirma Matthew Campbell . Como una mera imitación. Otra conjetura es que el contagio de los bostezos sea simplemente una secuela inevitable, algo que aparece simplemente como consecuencia y acompañando a otras funciones que son las realmente importantes (comer, postura corporal, etc.).

La otra teoría, que cuenta con numerosos adeptos, es la de la empatía. En este caso, no sería una mera imitación: se trataría de nuestra capacidad para interpretar cómo se sienten otras personas la que nos llevaría a ponernos en su lugar, a sentir o intuir lo que ellas sienten y, una vez allí, ceder inconscientemente a la tentación. Varios estudios muestran cómo al contagiarse el bostezo se activan circuitos cerebrales propios de la empatía (incluidas las famosas neuronas espejo, que actúan como un reflejo interno de los movimientos que se observan en los demás).

 “Son una forma primitiva de empatía. Y su contagio evolucionó para mejorar la vigilancia”, sostiene  Andrew Gallup, profesor de psicología en la Universidad del Estado de Nueva York.

FUENTE:http://elpais.com/elpais/2015/01/13/buenavida/1421140649_545483.html

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