EL MISTERIO DE LOS MAMÍFEROS DE DARWIN

Un equipo científico ha resuelto el misterio de la evolución de un grupo de mamíferos de América del Sur a los que Charles Darwin se refirió como "los animales más extraños jamás descubiertos".
La investigación, liderada por expertos estadounidenses y británicos, ha revelado que los llamados "ungulados nativos" (es un antiguo grupo de mamíferos placentarios, el más diverso que se conserva.) de América del Sur se relacionan con mamíferos como los caballos o los rinocerontes en lugar de elefantes y otras especies de origen africano, como se pensaba hasta ahora.
Los resultados del análisis se basan en las secuencias de proteínas recogidas de los fósiles de estos animales

"Los ungulados sudamericanos han sido siempre un reto importante para los paleontólogos porque anatómicamente eran muy extraños, ya que poseían características que se encuentran en una gran variedad de especies muy relacionadas entre sí", dijo Ross MacPhee, "esto es lo que desconcertó a Charles Darwin. Con todas estas señales contradictorias no podían asegurar si los ungulados se relacionaban con roedores gigantes, elefantes o camellos".

A pesar de que los huesos de estos extintos animales han sido estudiados durante más de 180 años, aún no se tenía una imagen clara sobre sus orígenes. Los científicos comenzaron estudiando el ADN. Sin embargo, el equipo pronto se dio cuenta de que el ADN, el material genético extraído de los fósiles, no sobrevivió porque la molécula se degrada muy rápido en los condiciones cálidas y húmedas típicas de América del Sur.
 
Fue entonces cuando los expertos analizaron el colágeno, una proteína que se encuentra en todos los huesos de los animales y que puede sobrevivir durante más de un millón de años en una amplia gama de condiciones atmosféricas. Los científicos utilizaron 48 fósiles de dos especies, Toxodon platensis y Macrauchenia patachonica, cuyos restos descubrió Darwin hace 180 años en Uruguay y Argentina.

Los investigadores demostraron de manera concluyente que los parientes vivos más cercanos de estas especies fueron los perisodáctilos, el grupo que incluye a los caballos, rinocerontes y tapires.

Los expertos concluyen que, con el material recuperado gracias a las proteínas antiguas, los científicos podrían ser capaces de "llegar a retroceder diez millones de años", lo que supone "un método atractivo para desentrañar el pasado evolutivo".

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