LA COMPLEJIDAD DE LOS FACTORES DE TRANSCRIPCIÓN HIZO POSIBLE LA EVOLUCIÓN DE LOS SERES VIVOS.

Pediastrum ssp. alga que posee un control complejo de la transcripción,
el cual aumenta en plantas y animales.
Recientemente científicos del Instituto de Biología Evolutiva  han descubierto que plantas y animales tienen el repertorio más complejo de factores de transcripción de todos los seres vivos. Los factores de transcripción corresponden a proteínas que se unen al ADN en el núcleo celular y activan o reprimen la expresión de los genes. La activación de un gen determina que se fabrique una proteína con una función concreta en el organismo, sea cual sea. El equipo reveló que la creciente complejidad de los factores de transcripción ejerció una gran influencia en la evolución de los seres vivos y su paso de organismos unicelulares a pluricelulares.

 Los investigadores analizaron la evolución de los factores de transcripción en una gran variedad de genomas eucariotas (seres cuyas células tienen núcleo). Entre los eucariotas estudiados hay plantas, animales, hongos y una gran variedad de organismos unicelulares (como algas unicelulares, o protistas como las amebas).
 Los autores observaron que los animales y las plantas poseen la maquinaria de control transcripcional más compleja, mucho más que cualquier otro  multicelular, como las algas verdes, las algas, los hongos. Esto puede ser porque tienen un desarrollo embrionario complejo, lo que exige un control genético muy estricto y, por tanto, un mayor número de factores de transcripción.
 La complejidad aparece  de forma progresiva: los organismos unicelulares más cercanos a las plantas (como las algas verdes) y a los animales (como coanoflagelados, filastéreos e ictiospóreos) tienen ya una complejidad transcripcional notable, la cual aumenta aún más en animales y plantas.

Por último, los científicos analizaron cómo cambian los factores de transcripción a lo largo del desarrollo de un organismo. En los animales observaron que los factores de transcripción se expresan sobre todo durante el desarrollo y menos cuando son adultos. En cambio, en las plantas siguen activos a lo largo de etapas posteriores al desarrollo inicial, tal vez porque la formación de nuevas estructuras, como ramas, hojas o flores, sigue sucediendo más tarde.

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