En tan solo 51 días, entre noviembre del año pasado y enero de este año, el número de bebés y fetos con microcefalias, una malformación en la que el cerebro presenta un tamaño más pequeño de lo habitual, ha crecido un 377% en Brasil. El aumento exponencial de los casos, que ya han llegado a 3.530 y afecta a casi todos los Estados de Brasil, ha hecho que el país declare una situación de emergencia en salud pública. Aunque no está confirmada por completo, la relación entre este brote y un virus llamado zika transmitido por un mosquito, elAedes aegypti, empieza a ser la opción más creíble.
La preocupación ha rebasado las fronteras brasileñas y ahora el Centro de Control de Enfermedades de EE UU (CDC) estudia recomendar a las embarazadas que no viajen a países con zika, ha informado The New York Times(además de Brasil, Colombia, El Salvador, Guayana Francesa, Guatemala, Haití, Honduras, Martinica, México, Panamá, Puerto Rico, Paraguay, Surinam y Venezuela). Esto supondría un cambio importante. Hasta ahora,la única indicación quehacía este organismo, responsable de la política sanitaria de EE UU, era que las embarazadas –como el resto de la población- se protegieran de las picaduras de los mosquitos usando repelentes y mangas largas.Descubierto por primera vez en el bosque de Zika, en Uganda, se mantuvo relativamente desconocido hasta 2007, cuando provocó un brote en la isla de Yap. Entre octubre 2013 y febrero de 2014, otro brote alcanzó la Polinesia Francesa. Brasil, que está acostumbrado a hacer frente a formas graves de dengue que provocan hemorragias, consideró la llegada del zika inofensiva, ya que los casos que llegaban a los hospitales evolucionaban sin gravedad. Por ello, no obligó a los sistemas de salud a notificar la enfermedad a las autoridades sanitarias federales.
FUENTE: ELPAIS
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