LOS CHIMPANCÉS TAMBIÉN CONFÍAN EN SUS AMIGOS

Cuando alguien deposita su confianza
en un amigo deja parte de su destino en las manos de otro. Al margen de las emociones y las complejidades humanas, en el mundo natural confiar en el compañero equivocado puede suponer perder comida, cobijo o la posición social, así que puede ser una cuestión de vida o muerte.



En este sentido, algunos biólogos evolutivos creen que la naturaleza «inventó» un antídoto para reducir los comportamientos tramposos que pueden minar el funcionamiento de los grupos sociales. Se trata de los lazos emocionales, algo similar a una motivación para ser honesto aunque lo más beneficioso a corto plazo sea hacer trampas. Este jueves, un estudio publicado en la revista «Current Biology» explora uno de estos lazos emocionales. Sus conclusiones sugieren que el sentido de confianza que brota entre los amigos no es exclusivo de los humanos, sino que también está presente en chimpancés.


«Los humanos confían mucho en sus amigos y comparten recursos cruciales o importantes secretos», ha dicho Jan Engelmannm, investigador del Instituto Max Planck para la Antropología Evolutiva. «En nuestro estudio, investigamos si los chimpancés siguen un patrón comparable y si confían más en aquellos con los que están más ligados. Nuestros resultados sugieren que sí».


«Sabemos que las amistades humanas se caracterizan por las intenciones de ayudar, compartir, apoyar y establecer estrechos lazos de confianza. Ahora, sabemos que al menos una de esas características, la confianza, muestra similaridades entre humanos y chimpancés», explica Engelmann. Sin embargo, también alerta de que hacen falta más estudios si se quiere averiguar en qué se diferencia la amistad humana de la de los chimpancé.


Investigar la motivación de los primates no fue una tarea sencilla. Los investigadores observaron las interacciones de 15 chimpancés del santuario de Sweetwaters, en Kenia, y les sometieron a varios experimentos de comportamiento. En uno de ellos, reprodujeron el juego del dilema del prisionero, en el cual los chimpancés podían decidir si otro compañero se llevaba un poco de comida o mucha comida, y este a su vez podía decidir si darle comida al primero o no.


Los resultados de este juego mostraron que los chimpancés solían confiar más y ser más generosos con sus amigos que con los desconocidos.

Fuente: El País


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