LA EDICIÓN GENÉTICA RESTAURA LA VISIÓN EN RATONES CIEGOS.

     Un equipo internacional de investigadores, entre ellos varios científicos españoles, ha logrado por primera vez restablecer parcialmente la visión en roedores ciegos insertando ADN en un lugar concreto en células del ojo con el sistema CRISPR. Una de las aplicaciones que parece más viable a corto plazo es la corrección de errores genéticos en personas adultas. Lo revolucionario de su técnica es que permite entrar en células adultas en un animal vivo y modificar su técnica es que permite entrar en células adultas en un animal vivo y modificar su genoma.

Para la Biomedicina, este avance ha supuesto un gran logro, ya que hace años que la corrección de errores genéticos en adultos era algo muy complicado. La llamada terapia genética lleva ensayándose más de 30 años en medio mundo, pero sus resultados han sido casi insignificantes. La técnica CRISPR, que esta siendo todo un éxito en los laboratorios de genética gracias a su eficacia, facilidad de uso y bajo coste, promete convertirse en la terapia genética del futuro a corto plazo.

Científicos del Salk Institute for Biological Studies en colaboración, entre otros, con investigadores del Hospital Clínic de Barcelona-IDIBAPS y la Universidad Católica San Antonio de Murcia, han descubierto una importante herramienta para la edición de genes. Es la primera vez que se consigue insertar ADN en una localización concreta en células que no se dividen, es decir, las células de la mayor parte de los órganos y tejidos adultos.

Esta excelente técnica, con la que el equipo ha conseguido restablecer parcialmente la visión en roedores ciegos, abre nuevas vías para la investigación básica y para el desarrollo de una gran variedad de tratamientos en enfermedades de la retina, neurológicas o cardiacas. El estudio, dirigido por Juan Carlos Izpisua-Belmonte, profesor del Laboratorio de Expresión Genética del Salk Institute, se publica hoy en la revista Nature.

La nueva tecnología es diez veces más eficiente que otros métodos para incorporar nuevos ADN en cultivos de células en división, lo que la convierte en una herramienta prometedora para la investigación y la medicina.

Lo que es más importante, es que la técnica permite por primera vez insertar un nuevo gen en una localización exacta del ADN en células adultas que ya no se dividen, como las del ojo, cerebro, páncreas o corazón, ofreciendo nuevas posibilidades para terapéuticas en estas células.

Para lograrlo, los investigadores del Salk Institute se han centrado en una vía celular de reparación de la doble hebra ADN denominada recombinación no homóloga o unión de extremos no homólogos (NHEJ, por sus siglas en inglés). Emparejando este proceso con la tecnología existente de edición de genes, han conseguido colocar con éxito el nuevo ADN en una ubicación precisa en células que no se dividen.

Primeramente, los investigadores trabajaron en la optimización de la maquinaria NHEJ para su uso con el sistema CRISPR-Cas9, que permite insertar el ADN en lugares muy precisos dentro del genoma. El equipo creó un paquete de inserción personalizado compuesto por un cóctel de ácidos nucleicos, al que denominaron HITI (homology-independent targeted integration). Después, utilizaron un virus inerte para entregar el paquete de instrucciones genéticas de HITI a neuronas derivadas de células madre embrionarias humanas.

El equipo utilizó HITI para implantar en las células de la retina de ratas de tres semanas de edad, una copia funcional de uno de los genes dañados en esta enfermedad. El análisis, realizado cuando las ratas tenían ocho semanas de edad, mostró que los animales eran capaces de responder a la luz y se llevaron a cabo diversas pruebas que indicaban la curación en sus células retinianas.

"Hemos sido capaces de mejorar la visión de estas ratas ciegas", explica Reyna Hernández-Benítez, otra de las coautoras principales del estudio e investigadora en el Salk Institute. "Este éxito sugiere que la tecnología es muy prometedora".

Pese a su gran eficiencia, aun quedan importantes problemas técnicos por resolver antes de que CRISPR pueda llegar a los ensayos clínicos. Uno de los problemas más graves es que este método de edición genómica, esta basado en un sistema antiviral que las bacterias llevan usando más de 3.000 millones de años. El inconveniente está en que funciona muy bien en células que se están dividiendo, pero no en las que ya han dejado de hacerlo, como es el caso de las células de un adulto.

FUENTE: SINC

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