LOS TEJIDOS DAÑADOS ACTIVAN LA REPROGRAMACIÓN CELULAR

La reprogramación celular le valió el Nobel a quien la descubrió en 2006, Shinya Yamanaka, y abrió la puerta de la medicina regenerativa, cuyo objetivo es la reparación de tejidos dañados y que podría ser útil en varias enfermedades.

La técnica consiste en transformar las células adultas en células madre. Ahora científicos españoles han llegado a la conclusión de que es más efectivo reprogramar las células de los tejidos dañados que de los sanos.

La reprogramación celular permite devolver a las células adultas a un estado similar al embrionario conocido como pluripotencia, lo que la equipararía de una célula madre que podría convertirse de nuevo en cualquier tipo de célula. La técnica consiste en la introducción de una combinación de cuatro genes conocida como OSKM (por sus iniciales, OCT4, SOX2, KLF4 y MYC).

Sin embargo, tiene varias limitaciones, como una baja eficacia y la aparición de un tipo particular de tumores (teratomas), lo cual es incompatible con su potencial uso clínico.

Ahora, el Grupo de Supresión Tumoral del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), liderado por Manuel Serrano, ha publicado un artículo en la revista Science en el que demuestran que es más efectiva la reprogramación de células en tejidos que ya están dañados.

Se trata de un equipo de científicos que llevan años trabajando en este campo. Su enfoque innovador les llevó en 2013 a lograr la reprogramación celular en el interior de un organismo vivo, mientras que hasta entonces la reprogramación sólo se había hecho fuera del organismo usando explantes celulares.

La utilidad de los tejidos dañados cambia el enfoque

El trabajo publicado ahora en Science por Serrano y su equipo,  analiza qué sucede en los tejidos vivos cuando se induce la reprogramación utilizando OSKM y lo que han descubierto cambia la idea que había hasta ahora sobre esta técnica.

“Los genes de Yamanaka son poco eficientes induciendo reprogramación, o pluripotencia, en las células altamente especializadas de un organismo adulto”, explica Lluc Mosteiro, primera firmante del trabajo y principal responsable del trabajo experimental. Sus observaciones indican que el daño de los tejidos juega un papel muy importante que complementa la actividad de los genes OSKM.

Sin embargo, "ahora hemos visto que cuando el tejido está dañado, el proceso es mucho más eficiente que cuando no lo está porque las células dañadas envían señales a las células vecinas para que se reprogramen", lo que dispara la eficacia del proceso, explica la doctora.

Esta relación entre daño tisular y reprogramación está mediada por una molécula proinflamatoria, la interleucina-6 (IL6). Sin su presencia, los genes OSKM son mucho menos eficientes induciendo la reprogramación. Estos hallazgos sugieren la siguiente secuencia de eventos: la expresión de los genes OSKM produce un daño en las células; en consecuencia, éstas secretan IL6; la presencia de esta molécula hace que algunas células vecinas se reprogramen.

Identificado el papel esencial de IL6, Serrano, Mosteiro y el resto del equipo trabajan en la actualidad con diferentes aproximaciones farmacológicas para aumentar el grado de reprogramación. Esto podría ayudar a mejorar la regeneración de los tejidos dañados, incluso en ausencia de los factores de Yamanaka. Mejorar esta capacidad de reparación tendría evidentes consecuencias para la medicina regenerativa, incluyendo el tratamiento de múltiples patologías y procesos degenerativos asociados al envejecimiento.

FUENTE: ABC

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