CÉLULAS HUMANAS EN EMBRIONES DE CERDO

Las células madre y la edición genómica han sido los temas más relevantes de estos últimos años y no es raro que su combinación este abriendo nuevo caminos en la investigación biomédica. De echo, es esta combinación la permitido que científicos dieran el primer paso firme para crear quimeras entre cerdos y humanos.

 Estas quimeras tienen como objetivo final la cultivación de órganos humanos para el trasplante. Y aunque aún está lejos, hay otras aplicaciones secundarias que son mas posibles, como el de probar medicamentos en esos órganos humanos desarrollados en embriones porcinos. Hasta el momento solo se ha conseguido cultivar en ratones páncreas, corazones y ojos de rata. Al igual que han podido generar células y tejidos humanos en embriones de vacas y cerdos, algo sensacional.

Pero todo esto tiene un lado malo, pues la integración de células humanas y órganos humanos en el desarrollo de un embrión de vaca o cerdo está planteando más problemas técnicos de los previstos. La biología es una ciencia de lo más compleja y es probable que haya que entenderla a fondo para conseguir aplicaciones prácticas. Lo que nos sirve para un órgano de rata en un ratón, no sirve en este caso para un órgano humano en un cerdo.

El jefe de la investigación, Juan Carlos Izpisúa declara lo siguiente: "Hemos demostrado que una tecnología de alta precisión permite que un organismo de una especie produzca un órgano concreto compuesto de células de otra especie; esto nos aporta una herramienta importante para estudiar la evolución de las especies, su biología y sus enfermedades, y al final puede conducir a la capacidad de cultivar órganos humanos para trasplantes". El científico del Instituto Salk de California presenta sus resultados en el artículo principal de Cell, la publicación de referencia en biología molecular. Ha contado con una colaboración importante de la Universidad Católica de Murcia y del nefrólogo Josep Maria Campistol, del Hospital Clinic de Barcelona.

Juan Carlos Izpisúa

 Desde 1998, cuando un grupo de la Universidad de Wisconsin en Madison halló la forma de aislar células madre de embriones humanos, los biólogos han planteado la posibilidad de usar esas células para fabricar órganos humanos trasplantables a pacientes.Casi veinte años después, generar órganos en la placa Petri se ha demostrado dificultoso.  La investigación de Izpisúa en los últimos años ha planteado la opción, seguramente más realista a medio plazo, de cultivar los órganos humanos en quimeras, o huéspedes de otras especies.

Esta técnica requiere edición genómica, y los científicos del Salk han empleado su versión más poderosa: CRISPR, el método de modificación de ADN que ha revolucionado los laboratorios de genética. El grupo de Izpisúa la usa para desconectar el gen maestro que hace el páncreas en el ratón. Después inyectan en el embrión de ratón células madre de rata que tienen inactivo el gen maestro del páncreas. Los embriones se implantan en una ‘rata madre de alquiler’ y se desarrollan con normalidad, a excepción de que su páncreas no es de rata, sino de ratón. Al cambiar ratón por humano, y rata por cerdo, esto sería una factoría de páncreas humanos. Pero todavía no funciona bien.

FUENTES: ELPAÍS, 20 MINUTOS

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