CAMBIOS GENÉTICOS QUE HACEN ALGUNAS PLANTAS PARA CONVERTIRSE EN CARNÍVORAS

Algunos científicos del Instituto de Investigación de la Biodiversidad de la Universidad de Barcelona han realizado un estudio que ha identificado los cambios genéticos que han experimentado algunas plantas para convertirse en carnívoras.
Darwin consideraba a las plantas carnívoras por sus propiedades fisiológicas y ecológicas como uno de los especímenes más fascinantes de la naturaleza.

Las plantas carnívoras son típicas de hábitats donde hay una escasez en nutrientes, y para compensarlo tienen la capacidad de digerir animales como insectos y artrópodos.
Un grupo de biólogos ha descubierto que adaptarse a suelos pobres en nutrientes con una dieta carnívora es un proceso evolutivo que se ha repetido a partir de un mismo conjunto de genes y proteínas.

Unos investigadores han secuenciado el genoma de la planta Cephalotus foluculares que tiene diferenciadas las hojas insectívoras. El genoma de esta especie es muy grande, ya que los investigadores han identificado más de 36.000 genes.

La capacidad de las plantas para digerir animales en suelos empobrecidos es el resultado de la acción de selección natural que ha producido varios cambios genéticos sobre un mismo conjunto de genes. En la comparación de los dos tipos de hojas, la investigación ha identificado los cambios genéticos asociados con la dieta carnívora en plantas.

Para Alejandro Sánchez Gracia, las plantas insectívoras son un claro ejemplo de convergencia evolutiva que probablemente se ha dado como consecuencia de las fuertes restricciones biológicas impuestas por ecosistemas extremos que son pobres en nutrientes. Esta convergencia va acompañada de una evolución paralela en las enzimas digestivas que convierte el sistema en un estudio del proceso evolutivo.
Algunos expertos han contribuido a los análisis genómicos, y han incorporado una posibilidad de que existan relaciones filogenéticas para deducir qué tipo de genes se han duplicado en las diferentes especies de estas plantas.

Fuente: EcoDiario.

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