EL BÁCULO

El báculo es un hueso que se encuentra en el pene de la mayoría de los mamíferos, más precisamente en insectívoros, roedores, carnívoros y los primates. Entre las especies domésticas, se encuentra en el gato y el perro. Este hueso les permite a estos animales la penetración en ausencia de erección.
Su forma y tamaño varían entre las especies, y su función es la de hacer posible la erección. En los seres humanos ésta se logra cuando el tejido eréctil del pene se llena de sangre.
El hueso homólogo en las hembras se llama baubellum u os clitoridis.




AUSENCIA DEL BÁCULO EN EL HOMBRE

Un objeto de investigación sobre la evolucióm es el hecho de que el género humano presente esta ausencia tanto de pene óseo como de clítoris óseo, a diferencia de otros grandes mamíferos. De todas formas, este hueso es bastante reducido entre los grandes simios: en muchas especies tiene una estructura insignificante de 10 a 20 milímetros.
Archivo:Raccoonpenisbone.jpgEl zoólogo Richard Dawkins especuló en 1978, que la pérdida del hueso en los humanos, cuando está presente en nuestra especie más cercana (el chimpancé) se deba probablemente a la selección de las hembras, que buscaban signos de buena salud en los machos. La dependencia del pene humano en los medios vasculares para lograr el estado rígido lo hace particularmente vulnerable a las variaciones de la presión sanguínea. Una disfunción eréctil indicaba no sólo el estado físico del macho (como diabetes o trastornos neurológicos) sino también estados mentales como estrés y depresión.


 
EL MITO DE ADÁM

Según investigadores de la Universidad Johns Hopkins (Gilbert y Zevit, 2001), los primeros humanos se percatarían de la diferencia entre los restos de cualquier mamífero y los de los seres humanos. Para explicar la ausencia del hueso, habrían creado el mito de que al hombre le falta un hueso porque el Dios Yavhé se lo quitó al primer varón humano (Adám) para crear a la primera hembra humana (Eva). Ese mito quedó registrado en el libro del Génesis (2.21-23) de la Biblia Hebrea.
El texto bíblico sería una explicación acerca de cómo se le quitó ese hueso al primer hombre. El hueso peneano está más asociado con la paternidad que una costilla. La costura de carne a la que se refiere el versículo 2.21 podría referirse al rafe, la “costura” embrionaria que se percibe en el pene y el escroto. El hebreo bíblico no tenía palabras para referirse al pene, por lo que se tuvo que utilizar otra palabra. El término hebreo que se utilizó para costilla, tzelá, tiene otros significados aparte de ‘hueso’, como los marcos de la puerta y el tronco de los árboles (que funcionan como columnas de sostén). Entonces más bien podría referirse a un mero soporte estructural.

SEXO DURANTE MÁS TIEMPO

Una de las secuencias desaparecidas está normalmente unida a la expresión del receptor de andrógenos en los bigotes sensoriales y en los genitales. El andrógeno es una hormona sexual responsable del crecimiento de estos bigotes o vibrisas, y de la formacion del hueso en los penes de uchos mamíferos. La pérdida de estas estructuras disminuye la sensibilidad táctil de los seres humanos -carecemos de pelillos para detectar las corrientes de aire o percibir las distancias de los obstáculos en la oscuridad-, y elimina la espina en el pene, pero, a cambio, aumenta la duración de las relaciones sexuales en comparación con los demás animales y, es de suponer, también permite que éstas sean más agradables.

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