Su introducción en niños causó un claro beneficio y salvó a todos los niños que nacerían en 36 años.
La enfermedad podría estar erradicada, pero se extendió el rumor de que la vacuna, que combatía contra tres enfermedades víricas (sarampión, rubeola y paperas), provocaba autismo. Este dato, completamente falso, fue apoyado por los antivacunas y muchas familias se negaron a vacunar a sus hijos, haciendo así que la enfermedad aun siga corriendo por muchos países desarrollados, entre ellos España.
Gracias a la vacuna la mortalidad infantil se redujo un 75%, desconociéndose las razones de dicho cambio tan drástico. Actualmente, investigadores ofrecen una explicación convincente acerca del efecto secundario de la vacuna del sarampión.
Lo que ocurre es que el virus del sarampión, además de provocar tal enfermedad, hace que el sistema inmune entre en un estado de amnesia, esto es que los la memoria de los glóbulos blancos encargados de reconocer antígenos diferentes del sarampión, queda borrada, haciendo más vulnerable al enfermo y más favorable a padecer otras infecciones bacterias, por ejemplo. Antes se pensaba que la amnesia duraba poco, un intervalo entre unos días o meses como mucho, pero tras el estudio han descubierto que puede durar hasta tres años después de la enfermedad. La vacuna del sarampión protege al vacunado del sarampión y otras dolencias y además, evita la conocida amnesia inmunitaria.
La disminución en la mortalidad infantil debido a la vacuna del sarampión y la inmunosupresión a otras infecciones gracias a ella, ha llevado a mucha gente a pensar que se trata de una enfermedad benigna. Si bien siguen muriendo 16 niños cada hora de esta enfermedad, la visión del sarampión como una enfermedad poco grave ha sido expandida por los antivacunas, se explica solo por un fenómeno conocido como ‘’inmunidad de grupo’’ que explica que al haber tanta gente vacunada, los vacunados protegen a los no vacunados ya que es difícil que haya contagio.
Tras otro, estudio usando datos de antes y después de la vacunación de los niños, se muestra un descenso de las enfermedades infecciosas tras el inicio de la inmunización. Si el numero de vacunados bajase disminuiría la conseguida protección a enfermedades infecciosas entre niños.
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