¿POR QUÉ HAY ALIMENTOS QUE NO PUEDES PARAR DE COMER?

Algunos tipos de comida actúan sobre el cerebro de un modo que tienen similitudes con las drogas capaces de crear adicciones. Las chocolatinas, algunos frutos secos o las patatas de esa cadena de restaurantes de comida rápida. Hay algunos alimentos que parecen drogas. Sabemos que engordan e, incluso, que nos revolverán el estómago, pero no podemos parar de comerlos. Algunos estudios con ratones ya sugieren, por ejemplo, que comer algunas galletas tienen un efecto sobre el cerebro similar al consumo de cocaína.
Las comidas procesadas, con mayor índice glucémico (que mide la velocidad a la que se absorben los hidratos de carbono) y grasas, se asociaban con mayor frecuenta a comportamientos similares a la adicción


Como sucede con las drogas, no todos los alimentos son igual de adictivos. La explicación está en el sistema de refuerzo del organismo, el mecanismo de aprendizaje que nos hace buscar todo aquello que es bueno para la supervivencia de nuestros genes, como la comida, el sexo o la posición social. .

Es el caso de las comidas procesadas, como la pizza o la bollería, que incluyen en un solo alimento una mezcla de grasas y azúcares refinados que son muy raras en la naturaleza. Igual que los adictos a otras drogas, los adictos a la comida ven activadas las regiones que gestionan este sistema de aprendizaje cuando se les muestra comida.

Otra de las similitudes entre los efectos de las drogas de abuso y las comidas que más enganchan está en la concentración de las sustancias que proporcionan la reacción de recompensa. En ambos casos, no suelen estar en su estado natural sino que se han tratado para lograr un efecto más concentrado que incrementa sus capacidades adictivas.

Otra característica que puede estar detrás de los alimentos más adictivos es la rapidez con que se absorbe y llega a la sangre. De un modo similar, los alimentos altamente procesados, comparados con los alimentos naturales, tienen más probabilidades de producir un pico de azúcar en sangre.

La comparación entre la “adicción” a algunos alimentos y la que producen drogas como la cocaína está lejos de ser idéntica. Los estupefacientes químicos van directos al sistema de recompensa y producen un efecto mucho más intenso que la comida, que aún requiere la mediación de hormonas como la leptina para causar su impacto en el cerebro.

Un estudio atribuye 25.000 muertes anuales al exceso de peso en España y señala a las bebidas azucaradas. Puede haber otras explicaciones para que las hamburguesas o algunos dulces se coman en exceso, como el hecho de que las comidas procesadas se suelen consumir con mucha facilidad y cuando llega la sensación de saciedad ya se ha ingerido una cantidad importante. Además, lo que en determinados países o culturas puede ser un alimento irresistible, como sucede con el marisco, en otros puede resultar repugnante.

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