LOS NEANDERTALES SUFRIERON ESTRÉS

La extinción del neandertal no se debió tanto a las condiciones medioambientales como a la irrupción del humano anatómicamente moderno, según se infiere de un estudio reciente.
La Cova Eirós, en el municipio lucense de Triacastela, en el este de Galicia, "está emergiendo como un sitio de referencia en el noroeste de la península Ibérica para el estudio del desarrollo de las últimas poblaciones de neandertales y de las primeras poblaciones de humanos anatómicamente modernos", expresa un estudio publicado en Quaternary Science Reviews.

En la cueva Eirós se han documentado, al menos, 18 pequeños vertebrados: una rana, una serpiente, cuatro insectívoros, cuatro quirópteros y ocho roedores. Los restos de los animales han sido hallados en los últimos niveles del Paleolítico Medio, hace unos 40.000 años, y en el Paleolítico Superior inicial, hace unos 32.000 años. Estos microvertebrados "nos permiten realizar inferencias paleoambientales y paleoclimáticas muy detalladas, puesto que aportan datos muy interesantes sobre el ecosistema que los acogió (clima, vegetación...)", indica el Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES) en un comunicado.

Los neandertales (Homo neanderthalensis) y los humanos modernos (Homo sapiens) parece ser que coincidieron en el norte de la península Ibérica hace unos 40.000 años y durante un período relativamente corto. La primera especie vivía su ocaso y la segunda su amanecer en la península Ibérica, donde ha perdurado hasta hoy. "Tal afirmación no se ha podido demostrar en la Cova Eirós, puesto que hay un nivel con restos de neandertales, un período de desocupación y un nivel con restos de Homo sapiens. Pero sí que hemos podido comprobar que tanto los neandertales como los humanos anatómicamente modernos estaban bien adaptados al territorio que ocupaban, al medio ambiente circundante y a las condiciones climáticas existentes, más frías y lluviosas que las actuales, debido al progresivo enfriamiento que condujo a la última glaciación", explica Iván Rey-Rodríguez, el principal autor del estudio, a National Geographic.

Las dataciones más recientes realizadas en la Cova Eirós sugieren que las últimas poblaciones de neandertales datan de hace 40.000 años aproximadamente y los primeros grupos de humanos anatómicamente modernos datan de hace unos 32.000 años. No se ha podido demostrar la coexistencia de ambas especies, pero sí que parece bastante claro que las condiciones medioambientales no desencadenaron la extinción de los neandertales. "Se ha llegado a la conclusión de que la especie neandertal se extinguió por una combinación de factores, entre ellos el estrés poblacional causado por la llegada a la península Ibérica del Homo sapiens, con quien entraría en competencia", sostiene el IPHES en el comunicado.

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