CONOCE LA ESTRUCTURA DE LA PROTEÍNA GRACIAS A ALPHAFOLD

DeepMind, una compañía de inteligencia artificial inglesa creada en 2010 y adquirida por Google en 2014, ha conseguido desarrollar un sistema denominado AlphaFold, con el que predecir la estructura 3D de una proteína basada exclusivamente en su secuencia genética.

El equipo de trabajo que lleva a cabo esta investigación integra expertos de los campos de biología estructural, física y aprendizaje automático. El sistema utiliza años de investigación previa en el uso de información genómica para generar modelos 3D de proteínas que son mucho más precisos que cualquiera de los anteriores. Para los investigadores, esto supone un progreso importante dentro de uno de los principales retos de la biología: predecir cómo se pliegan las cadenas de ADN en la estructura 3D de una proteína, un problema que la clase científica lleva enfrentando durante décadas.

En los últimos 50 años, los investigadores han podido determinar las formas de las proteínas en los laboratorios mediante el uso de distintas técnicas, con el problema de que es necesario un gran número de pruebas, así como sus consecuentes errores. La aplicación de inteligencia artificial podría ayudar aumentar la rapidez de este proceso. En ésta investigación, se han aplicado técnicas de aprendizaje automático y aprendizaje profundo sobre amplias cantidades de datos genómicos, con el empleo de redes neuronales profundas.

La capacidad de predecir la forma de una proteína es esencial para comprender su función dentro del cuerpo. Entre sus principales está el diagnóstico y tratamiento de enfermedades en las que se cree que la causa original está en proteínas mal plegadas, como Alzheimer, Parkinson, Huntington y la fibrosis quística. Pero su uso no se limita a solo esto, sino que al entender mejor cómo se pliegan las proteínas, se puede avanzar en el diseño de las mismas, lo que tendría repercusiones en otros campos. Se verían avances en enzimas biodegradables, que se pueden habilitar mediante el diseño de proteínas. Este tipo de enzimas podrían ayudar a controlar los contaminantes como el plástico y el aceite y a descomponer los desechos de forma que se disminuir el daño al medio ambiente.

Fuentes:  CIO,  Science