En caso de no haber aparecido, probablemente la vida en la tierra no habría pasado de un nivel de complejidad parecido al de las bacterias.
Esta fuente de oxígeno fue posible gracias a los organismos fotosintéticos, que expulsaban oxígeno al aire como subproducto de la fotosíntesis. Este hallazgo realizado por la universidad de Liége ha sido publicado en la revista Nature
Los científicos sitúan la aparición de estos organismos en el eón Proterozoico, sin embargo, apenas se han hallado datos inequívocos de microfósiles de eucariotas fotosintéticos en este período. Según sus autores, la aparición de restos de derivados de la clorofila en las células de Arctacellia tetragonala abren perspectivas en el estudio de la diversificación de eucariotas dentro de los primeros ecosistemas.
Este hallazgo ha sido realizado en la cuenca del Congo en la República democrática del Congo por un equipo de investigadores liderado por la investigadora postdoctoral en el Laboratorio de Evolución y Rastros de Vida Temprana, Marie-Catherine Sforna.
"Identificamos estos fragmentos como derivados de la clorofila, lo que indica que Arctacellia tetragonala era un eucariota fototrófico, una de las primeras algas inequívocas"nos aclara Marie-Catherine.
Un estudio ejecutado por la ya citada Marie-Catherine Sforna con una nueva técnica de absorción de rayos X sincrotrón para detectar el metabolismo fototrófico encontró geoporfirinas de níquel conservadas in situ.
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