Estas vacunas se utilizan a menudo para controlar la población de animales salvajes o para prevenir la propagación de enfermedades infecciosas entre animales. Una vez que un animal ha sido vacunado con una vacuna esterilizante, ya no puede reproducirse y, por lo tanto, no puede transmitir la enfermedad a otros animales.
No obstante, hay que tener en cuenta que no todos los sistemas inmunitarios reaccionan igual ante un mismo patógeno. Lo ideal sería crear una inmunidad a largo plazo pero no siempre es así de manera que puede ser necesaria una dosis de refuerzo con lo que el control de población de animales se complica.
El objetivo de este tipo de vacunas es, por una parte, la protección contra una enfermedad y por otra, y esto es lo interesante, lograr una inmunidad esterilizante.
Esta inmunidad consiste en atajar la infección que se puede llegar a producir ya que el sistema inmune evita que se esparza por el cuerpo y que se genere una respuesta proinflamatoria descontrolada neutralizando al patógeno y evitando el contagio.
Este es el tipo de vacuna que los científicos españoles Luis Enjuanes, Juan García Arriaza y Vicente Larraga están tratando de desarrollar en relación con la COVID-19 y cuyo mecanismo esterilizador podría ser aplicado a otras vacunas.
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por comentar. Te rogamos que seas preciso y educado en tus comentarios.