La mayoría de las personas desarrollan mutaciones genéticas
asociadas con la leucemia a medida que envejecen, según un estudio publicado
recientemente. Este estudio se ha
realizado a 4.219 personas que no tienen
ninguna evidencia de cáncer de la sangre sin embargo los autores estiman que hasta un 20 por ciento
de las personas de entre 50 y 60 años y más del 70 por ciento de las personas mayores de 90
años de edad tienen células sanguíneas con los mismos cambios en los genes que
se encuentran en la leucemia.
Los expertos que investigan las etapas más tempranas del
desarrollo del cáncer utilizaron un método de secuenciación muy sensible capaz
de detectar mutaciones de ADN presentes en tan sólo el 1,6 % de las células
sanguíneas para analizar 15 posiciones en el genoma, que son conocidas por
estar alteradas en la leucemia.
Comparando sus resultados con otras investigaciones que se llevaron
a cabo con un menor grado de sensibilidad
sobre exomas enteros, los expertos lograron concluir que la incidencia de las células preleucémicas en la población general es mucho mayor de lo que se
pensaba previamente y aumenta drásticamente cuanta más edad se tenga.
"La leucemia resulta de la acumulación gradual de
mutaciones del ADN en las células madre de la sangre, en un proceso que puede
durar décadas", explica el doctor Thomas McKerrell, primer coautor del
'Wellcome Trust Sanger Institute', en Reino Unido.
"Con el tiempo, la probabilidad de que estas células
adquieran mutaciones aumenta. Lo que nos sorprendió fue que encontramos estas
mutaciones en una gran proporción de personas de edad avanzada. Este estudio
nos ayuda a entender cómo el envejecimiento puede llevar a la leucemia, a pesar
de que la gran mayoría de la gente no vive el tiempo suficiente para acumular
todas las mutaciones necesarias para desarrollar la enfermedad", añade.
Las mutaciones pre-leucémicas estudiadas parecen dar una
ventaja de crecimiento a las células portadoras de ellas y esto inicia un
proceso en el que las células con estas mutaciones dominan la formación de la sangre.
A medida que aumenta su número, la probabilidad de que una o más de ellas adquieran
más mutaciones se hace mayor, algo que en algunos casos podría conducir a la
leucemia y trastornos similares.
Un dato curioso del
estudio encontró que las mutaciones que afectan a dos genes particulares, SF3B1
y SRSF2, aparecieron exclusivamente en personas de 70 años de edad, lo que
sugiere que estas mutaciones sólo tienen una ventaja de crecimiento en el
futuro, cuando hay menos competencia.
Este hallazgo explica por qué los síndromes mielodisplásicos, un grupo de enfermedades como la leucemia asociadas con estos genes, aparecen casi exclusivamente en los ancianos.
Este hallazgo explica por qué los síndromes mielodisplásicos, un grupo de enfermedades como la leucemia asociadas con estos genes, aparecen casi exclusivamente en los ancianos.
Ninguna de las 4.218 personas estudiadas tenían una mutación
en NPM1, el gen de la leucemia aguda más comúnmente mutado, en hasta un 40 % de
los casos. Este resultado inesperado sugiere que las mutaciones en NPM1 se
comportan como guardianes de este tipo de cáncer; una vez que se produce una
mutación en este gen en una célula con mutaciones particulares pre-leucémicas
previamente acumuladas, la enfermedad progresa rápidamente para convertirse en
leucemia.
"La importancia de las mutaciones en este gen está
asombrosamente clara de estos resultados: simplemente no existe donde no hay
leucemia", afirma la doctora Naomi Park, primera autora del Instituto
Sanger. "Cuando está mutado en la célula correspondiente, se abren las
compuertas y la leucemia es entonces muy propensa a desarrollarse. Esto encaja
con los estudios que hemos realizado en el pasado en los que se encontró que el
gen prepara las células madre de la sangre para la transformación
leucémica", agrega.
La leucemia sirve para investigar el origen del cáncer ya que las muestras de
sangre son mucho más fáciles de obtener que las muestras de tejido. Cada cáncer
comienza con una única mutación en una sola célula; por lo que esta
investigación permite a los científicos analizar cómo estas células mutadas se
acumulan para formar el cáncer.
"La secuenciación ultraprofunda nos ha permitido ver
los inicios de cáncer", destaca el doctor George Vassiliou, autor
principal del Instituto Sanger. "Estas mutaciones serán inofensivas para
la mayoría de la gente, pero para algunos portadores tomarán cuerpo en un viaje
hacia la leucemia. Ahora, estamos empezando a comprender los principales hitos
de ese viaje", concluye.
Bibliografía:
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