EL ADN SOBREVIVE DURANTE EL VIAJE ESPACIAL

Los cohetes lanzados desde la estación espacial en el norte de Suecia llevan décadas realizando vuelos experimentales para ver como afecta la gravedad a los compuestos orgánicos y a las moléculas.

Los investigadores de la Universidad de Zurich decidieron pegar bacterias al casco del cohete Texus 49, en específico, muestras de unas moléculas de ADN bacteriano: plásmidos.
Los resultados que obtuvieron fueron muy interesantes...

Las muestras de plásmidos bacterianos fueron pegadas en el casco del cohete, en la parte posterior del módulo de carga y hasta en la cabeza de tornillos.
Durante el viaje, el ADN bacteriano tuvo que enfrentarse a condiciones muy duras y extremas. En el despegue, soportó una intensa hipergravedad debido a una aceleración de 13,5 G. Durante los 378 segundos en el espacio, estuvo expuesto a la radiación ultravioleta y un frío extremo que se convirtió en calor abrasador en la reentrada a la atmósfera terrestre, momentos en los que la temperatura del casco superó los 128º. Y sin embargo, sobrevivió.

Se encontró ADN intacto y funcionalmente activo. Los investigadores recogieron las muestras de las zonas donde se habían pegado los plásmidos y se consiguió recuperar entre el 4,9 y el 53,4 % del ADN.

Posteriormente, comprobaron que las muestras que habían sido recuperadas aún conservaban su información genética. Además, introdujeron sus genes en las células del tejido conjuntivo (firoblastos) de ratón. Comprobaron el impacto de la radiación en los plásmidos y, tras secuenciarlos, observaron que solo el 1% presentaba alguna mutación en el ADN.

Conclusión
La investigación puede tener grandes implicaciones en el campo de la exobiología, la búsqueda de vida alienígena, o la exportación de organismos terrestres a otros mundos gracias a la gran estabilidad que presenta el ADN. También puede servir para reforzar la teoría de la panspermia, que, de la misma manera que podemos demostrar que la vida terrestre puede viajar al espacio, podemos plantearnos la posibilidad de que la vida pudiera venir de él.

FUENTE: http://elpais.com/elpais/2014/11/26/ciencia/1417018562_648620.html

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