LA GRASA "BUENA" CAUSA LA EXTREMA DELGADEZ EN PACIENTES DE CÁNCER

Hasta ahora solo se conocía el lado bueno de la grasa parda, el tejido adiposo bueno, capaz de quemar calorías y reducir los depósitos de otras grasas. Pero estos lípidos también tienen un lado oscuro ya que están detrás de la pérdida de peso en pacientes de cáncer y es el responsable de la muerte de uno de cada tres pacientes.

Este hallazgo se atribuye a los científicos del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) y fue publicado en la revista Cell Metabolism. En el artículo publicado, los investigadores describen cómo el cáncer activa de forma descontrolada la transformación de grasa blanca en parda. Además también describen en el artículo una futura vía de tratamiento para estos enfermos que consiste en bloquear la molécula citoquina IL-6, pero este tratamiento solo se ha probado en ratones.
La caquexia, proceso por el que un cuerpo se consume, suele darse en fases avanzadas de tumores de páncreas y estómagos, aunque también de pulmón, esófago o colon, o en enfermos de sida. En estos casos es imposible frenar la pérdida de grasa por más que se alimente al paciente, y puede llegar a causar la muerte de éste.
Hasta hace poco, para explicar este proceso se recurría al autocanibalismo, en el que el organismo recurría a todas las reservas energéticas para alimentar al tumor. Pero esta tesis ya ha sido descartada.
En los últimos años, el estudio de este fenómeno mostró que éste estaba relacionado con la citoquina IL-6, una proteína del sistema inmune que interviene en los procesos inflamatorios. Todo esto se relaciona con la actividad de la grasa parda.
El grupo de biología del CNIO dirigido por Erwin Wagner trabajó con distintos modelos de ratón con cáncer. Unos ratones estaban modificados genéticamente para desarrollar neoplasias, a otros se le indujo el tumor y a otros se les transfirieron tumores humanos. En todos ellos se observó que antes de que se manifestaran los síntomas de los tumores se activó la transformación de las reservas de grasa blanca en parda. Además avisaron de que la citoquina IL-6 tenía un papel destacado en todo ello, aunque variaba en función de los modelos de los ratones empleados, ya que en uno de los modelos gracias a la citoquina IL-6 la caquexia desaparecía mientras que en el resto reducían sus efectos. A algunos ratones le suministraron antiinflamatorios no esteroideos que mejoró la caquexia.
Los investigadores analizaron muestras del tejido graso humano de pacientes con cáncer que habían desarrollado caquexia. En siete de las ocho personas estudiadas se observaron las mismas alteraciones detectadas en los ratones: la transformación de la grasa blanca en parda consumía las reservas de lípidos. En otras 20 muestras de enfermos con neoplasia, que no habían sufrido caquexia, no se detectó la grasa que consume las calorías.
Uno de los investigadores de este proceso se muestra cauto ya que la proteína IL-6 al bloquearla podría provocar efectos graves no deseados.

Fuente: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2014/07/17/actualidad/1405594494_397325.html

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