Estas estructuras tienen la capacidad de penetrar en la piel y entrar en las células.
Hablamos de un fármaco, que debe ser aplicado en la piel y este aunque es absorbido por toda la superficie cutánea, solo es utilizado en aquellas zonas donde se encuentren los genes que causan problemas. Y en definitiva lo que hace es de alguna forma "apagar" estos genes problemáticos.
Este descubrimiento se hizo en base a ciertas enfermedades, como son el melanoma y el carcinoma de células escamosas, la psoriasis, la cicatrización de heridas diabéticas y un raro trastorno genético de la piel que no tiene tratamiento efectivo. Otros objetivos podrían incluir incluso a las arrugas que aparecen en la vejez.
La Dra. Amy S. Paller, directora del Centro de Investigación de Enfermedades de la Piel adscrito a la Universidad del Noroeste en Illinois, Estados Unidos, fue la que desarrolló esta técnica, descubriendo que la forma esférica y su densidad eran la clave para su desarrollo ya que las estructuras con forrma linea no son capaces de atravesar la piel.
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