LA SEGUNDA VIDA DE LOS SUPERVIVIENTES AL ÉBOLA

El ébola no tiene tratamiento, pero no siempre es mortal. En los últimos años la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha indicado que ya ha afectado a 1.848 personas, de las que 1.013 han muerto.

Siempre hay supervivientes, pero el papel de estas personas es un papel clave.


La supervivencia a esta enfermedad depende tanto de la capacidad que posea el cuerpo para hacer frente a los síntomas de la enfermedad, como de la capacidad del sistema inmunitario para reaccionar a tiempo y generar suficientes anticuerpos para neutralizar el virus. 

Una vez recuperado, el paciente recibe el alta. Entonces, la única recomendación para evitar el contagio consiste en evitar relaciones sexuales sin protección durante tres meses en el caso de los hombres, ya que el virus sigue presente en el semen a lo largo de unos 90 días, o, para las mujeres, no dar de mamar hasta pasadas unas tres semanas desde los primeros síntomas.

En pacientes de anteriores brotes se han identificado los anticuerpos generados por el sistema inmune contra el virus hasta 11 años después de lucha contra la enfermedad, por lo que se cree que confieren una protección de por vida frente al mismo tipo de patógeno.

Al recibir el alta, organizaciones como Médicos Sin Fronteras (MSF), siguen un procedimiento destinado a hacer visible que la persona ya está recuperada y puede volver a integrarse a su comunidad sin riesgos para las personas que le rodean.

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