Una babosa de marse las arregla para vivir durante meses alimentándose de luz solar, como una planta.
Los autores presentan la primera evidencia directa de que los cromosomas de la babosa de mar verde esmeralda tienen algunos genes que provienen de las algas que come.Estos genes ayudan a sostener los procesos fotosintéticos dentro de la babosa para facilitarle toda la comida que necesita.
Este es uno de los únicos ejemplos conocidos de
Se ha sabido desde 1970 que E. chloritica "roba" los cloroplastos de V. litorea (llamados "cleptoplastia") y los incorpora a sus propias células digestivas. Una vez dentro de las células de la babosa, los cloroplastos siguen realizando fotosíntesis hasta nueve meses, mucho más tiempo que en las algas. El proceso de la fotosíntesis produce carbohidratos y lípidos, que nutren la babosa.
Cómo la babosa se las arregla para mantener estos orgánulos fotosintéticos durante tanto tiempo ha sido tema de estudio intensivo y como resultado de este trabajo, se confirma que uno de los genes que las algas necesitan para reparar los daños en los cloroplastos, y mantenerlos en funcionamiento, está presente en el cromosoma de la babosa.
El gen se incorpora en el cromosoma de la babosa y se transmite a la siguiente generación de babosas, por lo que, los genes para mantener los cloropastos ya están presentes en el genoma de éstas, aunque la próxima generación deba adquirir de nuevo los cloroplastos de las algas.
transferencia de genes funcionales de una especie multicelular a otra, lo que es a la vez el objetivo de la terapia génica para corregir enfermedades de base genética en los seres humanos.
Probablemente una babosa de mar no es un buen modelo biológico para una terapia humana. Pero averiguar el mecanismo de esta transferencia de genes de origen natural puede ser muy instructivo para futuras aplicaciones médicas.
El equipo utilizó una técnica de imagen avanzada para confirmar que un gen del alga V. litorea está presente en el cromosoma de la babosa chlorotica E. Este gen produce una enzima que es necesaria para la función de los cloroplastos (orgánulos encargados de la fotosíntesis), que típicamente se encuentran en las plantas y las algas.Probablemente una babosa de mar no es un buen modelo biológico para una terapia humana. Pero averiguar el mecanismo de esta transferencia de genes de origen natural puede ser muy instructivo para futuras aplicaciones médicas.
Se ha sabido desde 1970 que E. chloritica "roba" los cloroplastos de V. litorea (llamados "cleptoplastia") y los incorpora a sus propias células digestivas. Una vez dentro de las células de la babosa, los cloroplastos siguen realizando fotosíntesis hasta nueve meses, mucho más tiempo que en las algas. El proceso de la fotosíntesis produce carbohidratos y lípidos, que nutren la babosa.
Cómo la babosa se las arregla para mantener estos orgánulos fotosintéticos durante tanto tiempo ha sido tema de estudio intensivo y como resultado de este trabajo, se confirma que uno de los genes que las algas necesitan para reparar los daños en los cloroplastos, y mantenerlos en funcionamiento, está presente en el cromosoma de la babosa.
El gen se incorpora en el cromosoma de la babosa y se transmite a la siguiente generación de babosas, por lo que, los genes para mantener los cloropastos ya están presentes en el genoma de éstas, aunque la próxima generación deba adquirir de nuevo los cloroplastos de las algas.
No es posible que los genes de un alga trabajen dentro de
una célula animal, y sin embargo, aquí, lo hacen. Permiten que el animal se
base en la luz del sol para su nutrición. Así que si algo le sucede a su fuente
de alimento, tienen una forma de no morir de hambre hasta que encuentren más
algas para comer.
www.europapress.es/ciencia/laboratorio/noticia-babosa-asume-genes-algas-vivir-fotosintesis-20150204145918.html
www.europapress.es/ciencia/laboratorio/noticia-babosa-asume-genes-algas-vivir-fotosintesis-20150204145918.html
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