LLUVIA DE BASURA ESPACIAL

Cada cierto tiempo las agencias espaciales lanzan una alerta por la reentrada a la Tierra de algún fragmento de basura espacial, es decir, componentes de satélites, cohetes o naves ya en desuso que quedan vagando por el cosmos. Algunos trozos, como los que han caído durante la última semana en Murcia, sobreviven a las altas temperaturas que soportan durante la reentrada a la atmósfera y llegan a la superficie terrestre, aunque la mayoría cae al océano y hasta la fecha no se ha registrado ningún herido por la caída de chatarra espacial.


Lo habitual es que las agencias espaciales no sepan la zona en la que van a impactar estos fragmentos hasta horas antes de que caiga. En muy pocas ocasiones son capaces de determinarlo con varios días de antelación. Y el 13 de

Noviembre será una de esas ocasiones. Para ese día está prevista la caída de uno de esos raros fragmentos de chatarra espacial cuya órbita pueden seguir con precisión. Tanta, que la han calculado con semanas de antelación.

El objeto ha sido denominado WT1190F, es bastante pequeño, pues mide entre uno y dos metros y, según informa la Agencia Espacial Europea (ESA), los cálculos realizados apuntan a que si sobrevive algún trozo, caerá a la Tierra el próximo 13 de noviembre hacia las 6.20 UTC (7.20, hora peninsular española) en el Océano Índico. En concreto, creen que impactará a unos 100 kilómetros de distancia de la costa sur de Sri Lanka.

Como es un objeto bastante pequeño y se espera que caiga en el mar, no representa un peligro para la población pero los científicos van a aprovechar esta oportunidad para estudiar su trayectoria y conocer mejor cómo se comportan estos objetos que impactan de forma muy parecida a la de los asteroides.

"Hay muchas posibilidades de que podamos verlo cuando entre en la atmósfera porque será de noche. Vamos a grabarlo desde un avión para poder observar exactamente por dónde entra y cómo se comporta, aunque también es posible que no llegue nada a la superficie y se destruya por completo durante la reentrada", explica a EL MUNDO Emmet Fletcher, portavoz de la ESA en España y Portugal y ex responsable del programa de basura espacial de la agencia.

"Estamos prácticamente seguros de que se trata de un objeto artificial y no de un fragmento de asteroide debido a cómo responde al viento solar. Los objetos artificiales tienen una densidad menor que las rocas, son más ligeros y se comportan de forma muy distinta", señala Fletcher en conversación telefónica.

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