TÉCNICA PARA LEER EXPERIENCIAS EN EL CEREBRO DE UNA MOSCA

Unos neurocientíficos han ideado una técnica con la que pueden leer en la mente de moscas algunas de sus experiencias recientes.

 Han desarrollado una nueva e inteligente herramienta que ilumina literalmente el intercambio de señales en "conversaciones" activas entre neuronas durante una experiencia sensorial, como oler un plátano. Cartografiar el patrón de conexiones neurales individuales podría ser una vía excelente para obtener información sobre los procesos "computacionales" en el funcionamiento del cerebro humano.


Concentrando su atención en tres de los sistemas sensoriales de la mosca de la fruta se utilizó moléculas fluorescentes de diferentes colores para etiquetar neuronas en el cerebro con el fin de ver qué conexiones estaban activas durante una experiencia sensorial que sucedió horas antes.

Las sinapsis son puntos de comunicación donde las neuronas intercambian información. La técnica de etiquetado fluorescente es la primera que permite a los científicos identificar sinapsis individuales que se hallan activas durante un comportamiento complejo, como evitar el calor. Mejor aún, la señal fluorescente persiste durante horas después de la comunicación, permitiendo a los investigadores estudiar la actividad del cerebro después del hecho, bajo el microscopio.

Buena parte de la computación del cerebro sucede a nivel de sinapsis, donde las neuronas se hablan entre sí. La nueva técnica brinda una ventana por la que asomarse a ver qué sinapsis estaban ocupadas comunicándose con otras durante una experiencia sensorial o comportamiento en particular.

Leyendo las señales fluorescentes, los investigadores pudieron adivinar acertadamente si una mosca había estado expuesta al frío o al calor durante 10 minutos, una hora después de que el suceso sensorial se hubiese producido, por ejemplo. También pudieron ver que la exposición al aroma de un plátano activó conexiones neuronales en el sistema olfativo que eran diferentes a aquellas activadas cuando la mosca olía jazmín.



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