UNA RESTRICCIÓN FÍSICA EXPLICA LA ORGANIZACIÓN DE LOS TEJIDOS EMPAQUETADOS

Tejido empaquetado (izquierda), una biopsia muscular
sana mostrando las fibras rápidas y lentas. A la derecha,
un diagrama de Voronoi con la misma organización.
Se ha comprobado que la organización de aquellos tejidos en los que las células se disponen como bloques poligonales compactos que no dejan espacio entre ellos, los llamados tejidos empaquetados, se asemeja a los patrones matemáticos de los polígonos de Thiessen o diagramas de Voronoi, una restricción física.


Esta ley física provoca que los tejidos se estructuren de una manera determinada y precisa. Los datos obtenidos, tras recurrir a las matemáticas, señalan que en tejidos sanos todas las células tienen la misma presión interna, lo que provoca que su organización coincida con los patrones de la escala de Voronoi.

Sin embargo, la presión interna en estos tejidos en cuyas personas sufren una enfermedad, como el ELA, disminuye, por lo que el tejido deja de estar sujeto a la restricción física.

“Cuando varia la presión interna o turgencia las células se alargan y reducen su tamaño modificando la organización del tejido de modo que ya no coincide con ningún patrón del diagrama de Voronoi”, explica el profesor de la Facultad de Biología de la Universidad de Sevilla, Luis M. Escudero, director del estudio, quien añade: “Es muy importante cuantificar con exactitud la organización celular para poder detectar pequeños cambios en los tejidos que nos alerten de una posible enfermedad y realizar un diagnóstico precoz”.

Gracias a este descubrimiento de la Universidad de Sevilla y del Instituto de Biomedicina de la misma ciudad, se podría desarrollar una herramienta útil y precisa para poder comparar y analizar los tejidos afectados por una patología. Además, se podría avanzar en la resolución de problemas complejos con un impacto biomédico importante, ya que se ha demostrado la importancia de los abordajes multidisciplinarios.

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