LEGADO DEL HOMO NEANDERTHALENSIS

Hasta hace bien poco se consideraba una herejía la posibilidad de que el hombre moderno se hubiese apareado con el neandertal. Hoy es una pura realidad, de hecho, hay pruebas, y es que varias enfermedades del humano, como la queratosis actínica, dolencias del tracto urinario, problemas digestivos, trombos arteriales adicciones y depresiones, se deben a la herencia de una pequeña parte del genoma neandertal.



Un estudio realizado en la universidad de Vanderbilt, Tenesee, demuestra que el legado de dicho ADN provoca problemas de salud de tipo inmunológico, dermatológico, neurológico, psiquiátrico y reproductivo en personas de ascendencia europea, aunque la aportación neandertal a nuestro genoma sea menor del cuatro por ciento.

Los apareamientos con los neandertales ocurrieron cuando nuestros ancestros salieron de África, hace unos 50.000 años en el sureste de Europa. Por eso la herencia neandertal solo afecta a las personas de ascendencia europea, y no a las poblaciones de origen asiático o africano.

¿Qué sentido tiene entonces que ese ADN haya aguantado 50.000 años en nuestro genoma? Dicho estudio conjetura que esa porción de ADN neandertal heredado fue beneficiosa en un pasado, pero  los cambios recientes en las condiciones de vida los han hecho dañinos.

Un ejemplo de esta situación: Uno de los genes neandertales estimula la coagulación sanguínea. Hace 40.000 años, ello pudo ayudar a los recién llegados de África a resistir a los nuevos patógenos que encontraron en Europa, y también a sanar de las heridas en aquellos tiempos duros. Hoy lo que hace ese gen es aumentar el riesgo de infarto, embolia pulmonar, complicaciones del parto y otros episodios vasculares.

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