El frijol, además conocido como judía común o alubia mesoamericana. Cada grano de este surtidor de proteínas, que alrededor de 500 millones de personas en el mundo consumen en su dieta diaria, tiene un ADN, muy parecido al de cualquier ser vivo. Mediante el estudio de la información genética de esta semilla leguminosa, un grupo de científicos iberoamericanos ha logrado descubrir su genoma, coincidiendo con la celebración del Año Internacional de las Legumbres.
El descodificar la secuencia de genoma de esta legumbre ayudará a optimizar los cultivos, su producción y la conservación de las variedades iberoamericanas, según los investigadores.
El investigador de este proyecto, enumera con que se trabajó, con hojas y semillas para así extraer el material biológico. De estas muestras se obtuvieron cromosomas o moléculas de ADN, para determinar su secuencia. Este ADN es una molécula química que está compuesta por la repetición de cuatro componentes básicos, que son los nucleótidos (adenina, citosina, guanina y timina, los cuales estan representados por estas cuatro letras: A, C, G y T).
Un investigador confirma que a partir de ahora será posible identificar las características biológicas del frijol, esto aportará y ayudará a la producción del grano desde una perspectiva agrícola y comercial, además se podría lograr una producción superior, granos más grandes, una mayor resistencia a la sequía y mayor resistencia a los parásitos.
El genoma es el conjunto genético (ADN) que determina las características biológicas de un ser vivo. En este caso, de la judía hablamos de la dimensión de las semillas, de la forma, del apresuramiento del crecimiento, la resistencia a determinados parásitos, y enfermedades.
Podriamos decir que el genoma del frijol es una palabra de 700 millones de letras, A, C, G y T repetidas alternativamente. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación, el frijol es uno de las semillas más ingeridas y representa la mitad de todas las legumbres que se consumen en todo el mundo. El cultivo de est semilla leguminosa se produce en regiones y ambientes muy diversos como América Latina, África, el Medio Oriente, China, Europa, los Estados Unidos, y Canadá. En Latinoamérica, es un alimento tradicional e importante, especialmente en Brasil, México, Centroamérica y el Caribe, ya que en sus platos típicos es el ingrediente fundamental.
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