DESCUBRIR AROMAS NOS HACE MÁS LISTOS

Los aromas son increíbles estímulos que provocan potentes efectos en el comportamiento humano como: relajarnos, estimularnos, asustarnos, seducirnos..

Lo ideal sería inhalar algo diferente y así crear nuevas vinculaciones en su cabeza. Las consecuencias de un descubrimiento aromático son las que expondremos a continuación.


El número de fragancias que es capaz de distinguir el ser humano es incierto, ya que el olfato es uno de los sentidos más poderosos del ser humano, la prueba mas evidente de esta realidad es que tiene una gran conexión con la memoria, lo que permite a nuestra mente recordar situaciones y recuerdos determinados que en algún momento sucedieron de una forma más rápida que cualquier otro estímulo.

Los materiales volátiles se evaporan y se disuelven en la atmósfera, posteriormente, cuando aspiramos el aire que contiene estas moléculas, pasa a través de la nariz, donde los receptores olfativos los detectan y envían una señal a nuestro cerebro a través del sistema nervioso de forma más directa que otros sentidos

Para aprender a asociar los colores de forma consciente una buena actividad consiste en prestar atención a los aromas que nos rodean, tanto nuevos como habituales y posteriormente describirlos.

Los olores vienen dados por varias moléculas las cuales activan receptores específicos que proporcionan la base de nuestra capacidad de reconocer y recordar esencias diferentes. Con la presencia de uno nuevo, nuestra mente trata de compararlos con otros ya conocidos, registrándolo y asociándolo a la situación en la que lo hemos sentido por primera vez.

Esto provoca una oportunidad para ejercitar la masa gris, ya que exponernos a aromas a los que no estamos tan habituados puede contribuir a establecer nuevas conexiones en nuestro cerebro.

Es bueno ser prudente ya que falta de evidencia científica al respecto, pero investigaciones como esta, llevada a cabo en el Centro Médico Sheba, en Israel, ven muy viable esa vía: descubrir aromas nos hace más listos.

A pesar de que con la edad puede aparecer una pérdida del olfato, esto no impide añadir adquisiciones a nuestra memoria olfativa.

Enlace: ELPAÍS

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