ENDORFINAS EN LA MENTE

Al margen de días lluviosos y broncas con el jefe, emociones como la tristeza y la euforia podrían estar influidas por la química.

Si se deprime, no es solo porque su sueldo deje mucho que desear; probablemente, sus niveles de serotonina y dopamina estén por los suelos. Si, por el contrario, se ha despertado en un mundo color de rosa y felicidad es su segundo apellido, puede que se deba a que estas hormonas han disparado.

Pese a que las emociones están condicionadas por diversos factores, la intensidad con que sentimos apego, estrés, aburrimiento, miedo o placer, podrían estar, en menor medida, “regulados por el cerebro”, asegura la doctora María Luisa de Mingo, endocrinóloga en el Hospital La Luz (Madrid). La experta señala las hormonas dopamina y la serotonina como “dos de los principales neurotransmisores implicados en el bienestar y el estado de ánimo”. Afirmación que emite basándose en el estudio publicado recientemente en Phychoneuroendocrinology en el que se concluye que el bienestar y el buen estado de ánimo se asocian con niveles elevados de dopamina. Para conocer la combinación de hormonas que se asocian con los diferentes estados de ánimo, pinche en el vídeo que está sobre estas líneas.

¿Cómo influye la genética en las hormonas que segregamos?

Según De Mingo, “varios estudios sugieren que los genes 5-HTTLPR y MAO-A son los genes de la felicidad, ya que codifican la distribución de la serotonina en las células cerebrales y por ello regulan los cambios de humor”. Uno de esos estudios es el que realizó la Universidad de Teherán (Irán). “Explica cómo el Gen 5-HHTLPR presenta dos formas funcionales diferentes: la forma larga (L) y la corta (S, de short). Cada persona hereda dos de esas formas (llamadas alelos), una de cada padre. Por ello, algunas personas tienen los alelos SS, otros LL y otros que son SL. Las personas cuya genética es LL sienten una satisfacción con su vida un 17% mayor que las personas SL. Las personas genéticamente SS son las que presentan menores niveles de satisfacción con su vida”, ilustra De Diego.

El mismo trabajo revela que el gen MAO-A, que se encuentra en el cromosoma X, también regula la felicidad. “Este gen conlleva la elevación de los niveles de serotonina, dopamina y noradrenalina y también tiene dos alelos diferentes que pueden heredarse, el alelo MAO-A-L (de baja actividad: L, de Low activity) y el alelo MAO-A-H (de alta actividad, H, de High activity). El alelo MAO-A-L, es decir, el de baja actividad, es factor de riesgo para el mal manejo del estrés, alcoholismo y problemas antisociales”, concluye De Mingo.


FUENTE: EL PAÍS

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