NUESTRO NACIMIENTO DETERMINA NUESTRA PROTECCIÓN FRENTE A LA GRIPE

Las infecciones a las que nos exponemos durante la infancia proporcionan protección a lo largo de la vida contra los diferentes tipos de virus de la gripe. El año en el que nacemos determina nuestra inmunidad a diferentes cepas del virus de la gripe. Según un nuevo estudio que se acaba de publica en la revista «Science» el año en el que una persona ha nacido juega un papel importante papel en su susceptibilidad a una u otra determinada cepa de gripe aviar.

Los resultados parece arrojar luz sobre un prolongado misterio relacionado con la susceptibilidad de una persona a determinadas cepas de la gripe: ¿Por qué hay infecciones de una cepa, la H5N1, que se presentan principalmente en niños y jóvenes, mientras que los casos de H7N9 se dan especialmente en personas mayores?

Algunas investigaciones recientes han revelado que las respuestas inmunitarias ampliamente protectoras pueden proporcionar inmunidad cruzada entre diferentes subtipos de la gripe. Los virus de la gripe se clasifican en dos grupos: el grupo 1, que consiste en los subtipos H1, H2 y el de la influenza aviar H5, y el grupo 2, que incluye la influenza estacional H3 y la aviar H7.

Los expertos estudiaron dos virus de la gripe de origen aviar de tipo A, H5N1 y H7N9, cada uno de los cuales ya ha causado cientos de casos graves o la muerte en humanos. Ambas cepas son motivo de preocupación mundial porque en algún momento podrían mutar, lo que les permitiría no solo saltar fácilmente de las aves a los humanos, sino también propagarse rápidamente entre nosotros.

Los investigadores de la Universidad de California-Los Ángeles y la de Arizona-Tucson (EE.UU.) ya sospechaban que los individuos expuestos a una de estas cepas tenían posteriormente un riesgo menor de enfermar de forma grave a causa de nuevas cepas del mismo grupo. Efectivamente, descubrieron que el año en el que una persona nace y, por tanto, se expone durante su niñez a las diferentes cepas de la gripe, tiene una gran influencia sobre su susceptibilidad futura a las diversas cepas de la gripe. Este efecto de «impresión inmunológica» parece depender exclusivamente de la primera exposición al virus de la gripe en la vida y es difícil de revertir.

Los autores explican que cuando una persona se expone al virus de la gripe por primera vez, el sistema inmunológico genera anticuerpos que se dirigen a la hemaglutinina, una proteína receptora en forma de ‘piruleta’ que sobresale de la superficie del virus. Al igual que hay piruletas en diferentes colores y sabores, aclara Michael Worobey, jefe del Departamento de Ecología y Biología Evolutiva de la Universidad de Arizona, los virus de la gripe difieren entre sí en las partes que componen sus hemaglutininas, pero cada uno de los 18 subtipos conocidos de hemaglutinina del virus de la gripe A está solo en uno de los dos grupos principales de ‘sabor’. «En esta analogía, digamos que si fuiste expuesto por primera vez a una gripe humana de 'piruleta de sabor naranja' cuando eras niño -comenta Worobey-, durante tu vida te encuentras con otro subtipo de virus de la gripe, uno de un ave y que tu sistema inmunológico nunca ha visto antes, pero cuyas proteínas también son de un sabor similar al 'naranja', tus posibilidades de fallecer son bastante bajas debido a la protección cruzada. Pero si primero te infectaste con un virus del grupo 'piruletas azules', no te protegerá contra esta nueva cepa 'naranja».

Así, añade Worobey, uno de los autores principales del trabajo, las personas nacidas antes de 1968 probablemente tuvieron su primera infección con un virus del grupo 1 y luego quedaron protegidos contra los virus del mismo grupo, incluido el H5N1. Por el contrario, haber tenido una primera infección con algún virus del grupo 2, habitualmente en el caso de aquellos que nacieron después de 1968, parece proteger frente el virus H7N9 de dicho grupo.

Y siguiendo con la analogía de las piruletas, las personas nacidas antes de la década de 1960 fueron expuestas a la gripe azul cuando niños (H1 o H2) y los investigadores encontraron que estos grupos de edad rara vez sucumben a la gripe aviar H5N1 -que comparte una hemaglutinina ‘azul’- pero a menudo mueren de H7N9 ‘naranja’. Mientras que aquellas nacidas después de finales de los años 1960 y expuestas a la gripe naranja cuando eran niños (H3) están protegidos de H7N9 pero sufren de enfermedad grave y pueden morir cuando se exponen a virus H5 incompatibles con su exposición infantil. Y dichos efectos protectores son importantes, ya que redujeron el riesgo de contraer una infección grave por H5N1 o H7N9 en aproximadamente un 75 % de estas personas y disminuyeron el riesgo de muerte en aproximadamente un 80 %.

Los datos aportados son asimismo muy relevantes desde un punto de vista de salud pública debido a que «incluso un episodio de gripe pandémica leve comparativamente débil como el brote de H1N1 en 2009 es un problema de un trillón de dólares», afirma Worobey. «Una gran pandemia como la que vimos en 1918 tiene el potencial de matar a un gran número de personas y hundir la economía mundial», recuerda.

FUENTE: ABC

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