TOCAR MÚSICA CON LOS OJOS ES POSIBLE

La ciencia está en constante evolución. A diario aparecen informaciones sobre nuevos logros alcanzados que años atrás parecían toda una quimera. ¿Quién se iba a pensar que llegaría un día en el que sería posible tocar y componer música con la mirada? Pues este hito hoy ya es una realidad. Y todo gracias a dos investigadores del Grup de Recerca en Tecnología Musical de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) que han desarrollado una interfaz llamada EyeHarp.


Este dispositivo permitirá a personas con una incapacidad motora muy severa tener la oportunidad de poder acceder a un instrumento, posibilidad que quedaba absolutamente descartada hasta ahora por la enfermedad que padecen. “La interfaz hace de puente entre estas personas y el instrumento, que no deja de ser electrónico aunque tiene la misma funcionalidad que un instrumento tradicional”, explica a La VanguardiaRafael Ramírez, impulsor junto a Zacharias Vamvakousis del EyeHarp.

A pesar de que hoy en día existen interfaces musicales digitales adaptadas (ADMI), éstas suponen todavía una alternativa insuficiente para personas con una incapacidad motora severa con parálisis muscular completa. Un obstáculo que, a priori, la EyeHarp soluciona.Para usar de manera efectiva esta interfaz, es necesario utilizar un pequeño dispositivo, ajeno a la investigación, llamado eye-tracking y que monitoriza la mirada. “Antes este artilugio era muy caro, y suponía todo un impedimento, pero ahora se puede adquirir por unos 90 euros”, recuerda Ramírez.

Este mecanismo, que se coloca en los ojos de la persona que se dispone a usar la EyeHarp, detecta en qué posición de la pantalla está mirando en cada momento el usuario y traslada la información obtenida al ordenador. “Es como si hubiera un piano y tú miraras una tecla fijamente. El ordenador sabe que estás mirando esa tecla y suena la nota correspondiente”, señala este investigador de la UPF.

El diseño de la interfaz se asemeja visualmente a un piano, pero distribuido “en círculo, como si fuera una tarta”, apunta Ramírez. “Y cada trozo de la tarta equivale a una nota diferente. Además, diferentes alturas de la nota equivalen a volúmenes distintos. También hay una parte de la tarta en que uno puede cambiar acordes y arpegios”, agrega.Gracias a este nuevo dispositivo, que los investigadores han subido a la red para que se lo descargue todo aquel que lo desee, las personas con incapacidad motora severa no sólo tendrán la posibilidad de acceder a un instrumento, sino que además podrán ser partícipes de todos los beneficios cognitivos que se derivan del hecho de aprender a tocar un instrumento, tal y como defienden estos científicos de la UPF.

Se ha observado, según indican Ramírez y Vamvakousis en un estudio publicado recientemente en la revista Frontiers in Psychology , que el hecho de aprender música se asocia a cambios estructurales en el cerebro. En este sentido, los músicos, aseguran, presentan algunas regiones cerebrales más grandes que están relacionadas con la visión y el oído. Además cuentan con más materia gris en el área de Broca, relacionada con el lenguaje, y con las fibras nerviosas que conectan los dos hemisferios más largas. Todo ello en comparación con las personas que no son músicos.“En niños se ha detectado que incrementa el coeficiente intelectual y la sociabilidad”, subraya Ramírez. Incluso “mejora la memoria no verbal, la compresión aritmética y la concepción espacial”, explicitan este investigador y Vamvakousis en el artículo científico que acaban de publicar sobre el EyeHarp.

Por lo que respecta a la dificultad de aprendizaje, llegar a manejar adecuadamente la interfaz necesita de un esfuerzo similar al que comporta aprender a tocar un instrumento convencional. “Hemos hecho un estudio donde se ve que las personas sin conocimientos musicales tienen una curva de aprendizaje semejante a la que tendrían si quisieran empezar a tocar una guitarra”, destaca Ramírez a La Vanguardia, quien añade que, obviamente, si alguien “ya sabe música, siempre es más fácil aprender el instrumento”.

Los investigadores de la UPF ya han validado la interfaz desde el punto de vista de la usabilidad con personas sin ningún tipo de discapacidad que utilizaron el mecanismo como si estuvieran incapacitados para moverse. “También lo validamos desde el punto de vista de la audiencia, y llegamos a la conclusión de que la interfaz se puede tocar de manera expresiva como si fuera un violín, aplicando matices, volúmenes, vibrato…”, remarca Ramírez.

Aunque ya han hecho pruebas piloto “con personas discapacitadas que tienen movilidad reducida pero no total”, el objetivo que persiguen ahora los dos investigadores del Grup de Recerca en Tecnología Musical de la UPF es probar la interfaz con discapacitados con movilidad cero. De momento, ya se han mostrado interesados por el dispositivo personas de Estados Unidos que tienen hijos con incapacidad motora muy severa y que quieren aprender música. “Les hemos enviado las instrucciones para que se la puedan instalar”, concluye Ramírez.

FUENTE: La vanguardia

Comentarios