EL ASTEROIDE MÁS PEQUEÑO CONOCIDO

Apenas mide 2 metros y es uno de los más brillantes cercanos a la Tierra. Pasó a un tercio de la distancia de la Luna. Astrónomos han observado el asteroide más pequeño jamás caracterizado en detalle. De solo 2 metros de diámetro, los científicos bromean con que la pequeña roca espacial es lo suficientemente diminuta para que una persona la monte a horcajadas, como una hipotética secuela espacial de la icónica escena de la película «¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú», de Stanley Kubrick.

No están los tiempos para esta clase de humor, así que mejor centrarnos en la ciencia. El asteroide, llamado 2015 TC25, es también uno de los más brillantes cercanos a la Tierra que se haya descubierto. Utilizando datos de cuatro telescopios diferentes, un equipo de astrónomos dirigido por Vishnu Reddy, profesor asistente en el Laboratorio Lunar y Planetario de la Universidad de Arizona (UA), informa que la roca refleja aproximadamente el 60% de la luz solar que cae sobre ella.

Descubierto por el Catalina Sky Survey de la UA, el asteroide fue estudiado por los telescopios basados en tierra durante un sobrevuelo cercano en el que este micromundo se acercó a 128.000 kilómetros de la Tierra, un mero tercio de la distancia a la Luna.

En un artículo publicado en The Astronomical Journal, Reddy sostiene que las nuevas observaciones del Telescopio Infrarrojo de la NASA y del radar de Arecibo muestran que la superficie de 2015 TC25 es similar a un tipo raro de meteorito altamente reflectante llamado aubrito. Consiste en minerales muy brillantes, en su mayoría silicatos, que se formaron en un ambiente libre de oxígeno, basáltico, a muy altas temperaturas. Sólo uno de cada 1.000 meteoritos que caen en la Tierra pertenecen a esta clase.

«Esta es la primera vez que tenemos los datos ópticos, infrarrojos y de radar en un pequeño asteroide, que es esencialmente un meteoroide», afirma Reddy. «Se puede pensar en él como un meteorito flotando en el espacio, que no ha golpeado la atmósfera y todavía no ha llegado al suelo».

Pequeños asteroides cercanos a la Tierra como 2015 TC25 están en el mismo rango de tamaño que los meteoritos que caen sobre la Tierra. Los astrónomos los descubren con frecuencia, pero no se sabe mucho acerca de ellos, ya que son difíciles de caracterizar. Mediante el estudio de estos objetos con más detalle, los investigadores esperan entender mejor los objetos de los que se originan estos meteoritos.

Los asteroides son restantes fragmentos de la formación del sistema solar, que en su mayoría giran alrededor del Sol entre las órbitas de Marte y Júpiter. Los asteroides cercanos a la Tierra son un subconjunto de cruza nuestra trayectoria. Hasta ahora, se han descubierto más de 15.000.

Entender el origen

Los científicos están interesados en esos meteoroides, ya que son los precursores de los meteoritos que impactan en la Tierra. «Si podemos descubrir y caracterizar asteroides y meteoroides así de pequeños, entonces podremos entender la población de objetos de los que se originan: asteroides de gran tamaño, que tienen una probabilidad mucho menor de impactar en la Tierra», explica. «En el caso de 2015 TC25, la probabilidad de que nos golpee es bastante pequeña».

El descubrimiento también es la primera evidencia de un asteroide que carece de la típica manta de polvo -llamada regolito- de la mayoría de los asteroides más grandes. En lugar de eso, 2015 TC25 consiste esencialmente en roca desnuda. El equipo también descubrió que es una de las rocas cercanas a la Tierra más rápidas jamás observadas, completando una rotación cada dos minutos.

Probablemente, 2015 TC25 es lo que los científicos planetarios llaman monolítico, lo que significa que es más similar a un tipo de «roca sólida» que a una «pila de escombros», al igual que muchos asteroides grandes, que a menudo consisten en muchos tipos de rocas unidas por la gravedad y la fricción. Bennu, el objetivo de la misión de retorno de muestras Osiris-Rex, es de este último tipo.

En lo que se refiere al origen del pequeño asteroide, Reddy cree que probablemente fue desprendido por otra roca que impactó en su madre, 44 Nysa, un asteroide del cinturón principal lo suficientemente grande como para cubrir la mayor parte de la ciudad de Los Ángeles.

«Ser capaz de observar asteroides pequeños como éste es como mirar muestras en el espacio antes de que golpeen la atmósfera y se conviertan en el suelo», dice Reddy. «También nos da un primer vistazo a sus superficies en perfecto estado antes de que caigan a través de la atmósfera».

FUENTE: ABC

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