DESCUBREN QUÉ HAY DENTRO DEL ESTÓMAGO DE UN DINOSAURIO

Paleontólogos de la Universidad de Zaragoza, con la ayuda de investigadores de Argentina y Portugal, han hallado el fósil de un dinosaurio de hace 180 millones de años en un yacimiento marino de la Patagonia. La investigación no solo establece que se trata de una nueva especie sino que los restos del dinosaurio conservan lo que este había comido antes de morir. La investigación  publicada en la revista «Scientific Reports», es primera evidencia de alimentación en un ornitópodo primitivo del Jurásico.

El dinosaurio denominado Isaberrysaurus por Isabel Valdibia, que descubrió los primeros restos, muestra varias características que lo hacen único en el registro fósil a nivel mundial. Primeramente, la carcasa se rescató en la Formación Molles depositada en el fondo del mar. Pero estos animales eran terrestres, por lo tanto, sus restos tuvieron que ser trasladados mar adentro. Ademas, los huesos se encontraban articulados en el yacimiento. «Esto es importante porque nos ha permitido recuperar una información paleobiológia única», afirma José Ignacio Canudo, coordinador principal del grupo de Aragosaurus de la Universidad de Zaragoza.

Pero la característica más destacada de este nuevo fósil se encontraba dentro de la carcasa del contenido estomacal, formado por una importante masa de semillas mineralizadas. «Se trata de una evidencia directa de la alimentación del Isaberrysaura. En el registro fósil hay muy pocas demostraciones de alimento en el interior de carcasas de dinosaurios herbívoros y, hasta el ahora, únicamente había sido descrito en hadrosaurios y anquilosaurios. Esta es la primera evidencia de alimentación en un ornitópodo primitivo y en el Jurásico», explica el investigador.


Comienzo de la digestión

El dinosaurio se encontraba en el inicio del procesamiento del alimento ya que las semillas se hayan en buen estado de conservación y aún no les había dado tiempo a que su parte externa se disolviera. Los científicos han identificado dos tipos de semillas, las más grandes son Cycadales, sin embargo, las más pequeñas son afinidades desconocidas.

En la actualidad las Cycadales poseen principios activos venenosos en las hojas, tallos y semillas, aunque ciertas partes de las semillas podrían ser comestibles para animales como los dinosaurios. Los científicos dicen que seguramente, parte de las semillas pasarían por todo el tracto digestivo para ser expulsados como granos de semillas, igual que hacen muchos vertebrados hoy en día. Esto quiere decir que los dinosaurios esparcían las semillas de las Cycadales.

«Isaberrysaura es lo que se suele conocer como un fósil fuera de tiempo y de lugar, lo que nos permite rellenar un hueco de información en los dinosaurios de la Patagonia totalmente desconocido», dicen los investigadores en una nota de prensa.

El aspecto general del cráneo del Isaberrysaura se parece al de los dinosaurios acorazados como los estegosaurios, pero carece de los osteodermos que caracterizan a este grupo. El estudio filogenético realizado los coloca en la base de la radiación de los ornitópodos. Este grupo de dinosaurios fue muy popular muchos millones de años después (en el Cretácico), ya que algunos de sus representantes (Iguanodontios, hadrosaurios) fueron los dinosaurios herbívoros dominantes en el hemisferio norte. Pero se sabe muy  poco de su historia evolutiva en el Jurásico Inferior y Medio, y nunca hasta ahora habían sido encontrados en esta edad en los continentes del hemisferio sur.

Fuente: ABC

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