MÁS DAÑOS COLATERALES DEL TSUNAMI DE JAPÓN EN 2011

A 6 años de la catástrofe natural del tsunami de magnitud 9.1 producido en Japón en marzo de 2011, se realizan nuevas investigaciones que afirman que unas 289 especies fueron empujadas al otro lado del océano Pacífico. Estas especies han conseguido evolucionar y adaptarse a las nuevas condiciones en la costa americana, a pesar de la basura no degradable que también fue arrastrada entonces.

El 11 de marzo de 2011 se produjo el mayor terremoto sufrido en Japón y el cuarto más potente del mundo hasta la fecha. Se dio debido a la actividad sísmica de las placas tectónicas que se encuentran bajo la isla y provocó olas de hasta 40.5 metros, las cuales devastaron las ciudades costeras llevándose todo a su paso y arrastrando hacia el interior del océano montones de objetos.

Horas después, un volcán situado en Indonesia entró en erupción. Al investigarse, se llegó a la conclusión de que estos movimientos provocaron la alteración del eje terrestre y por tanto, de la duración de los días.

Además de los 18000 fallecidos y los cientos de desaparecidos que dejó el tsunami en la costa japonesa, que causó el accidente nuclear de Fukushima, se produjo la mayor migración marina documentada hasta el momento, según indican los estudios realizados durante los últimos días. Varios científicos han recorrido la costa oeste de Norteamérica, pasando por Washington, California, Alaska y más, determinando el origen de las especies que allí se hallaban.

Lograron encontrar casi 300 especies de macroinvertebrados, microinvertebrados, peces y protozoos, que habían conseguido establecer un ecosistema y sobrevivir en aquellas características diferentes de su medioambiente japonés anterior. Entre estas se encontraban, mayoritariamente, mejillones, anémonas, corales y cangrejos. Según los científicos: "Una amplia variedad de especies autóctonas japonesas."


Junto a estos organismos, fueron empujados cientos de escombros, los cuales delimitan la diversidad de especies ya que no son biodegradables. Pero también cabe mencionar que gracias a estos objetos, todos estos seres pudieron realizar tan largo viaje (casi 8000 km). Esto ocurre ya que la velocidad más lenta de las balsas puede haber permitido que las especies se adaptasen gradualmente a los nuevos ambientes. A esto se les conoce como islas flotantes. También es posible que las larvas de algunas especies quedasen adheridas a ellas con la consecuencia de una mayor facilidad a la  hora de transportarse. A pesar de ello, en un principio habría muchas más especies, las cuales no habrían podido adaptarse a las nuevas condiciones ambientales y habrían muerto.

Se teme, sobre todo, por la acción de las poblaciones invasoras, ya sean plantas o animales, que prosperen en sus nuevos hábitats, ya que, anteriormente, otras invasiones marinas han causado estragos y daños a otros ecosistemas generando tanto pérdidas económicas como problemas sanitarios al portar distintas enfermedades. De todas maneras, no se sabe si todas las especies registradas conseguirán sobrevivir y expulsar a las nativas, para ello tendrán que pasar años de observación.

Fuentes:
· elperiodico.com
· elconfidencial.com
· excelsior.com

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