EMPLEO DEL VENENO DE ESCORPIÓN PARA TRATAR ENFERMEDADES CEREBRALES

Un grupo de científicos del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona han descubierto la existencia de un péptido derivado de la clorotoxina. Ésta es una proteína que forma parte del veneno del escorpión palestino amarillo (Leiurus quinquestriatus) y presenta la capacidad de atravesar la barrera hematoencefálica para transportar moléculas al cerebro, la cual lo protege dificultando la llegada de fármacos para tratar enfermedades neurológicas y tumores cerebrales.

Concretamente, el hallazgo tuvo lugar en el laboratorio de Péptidos y Proteínas situado en el Instituto de Investigación Biomédica (IRB) en Barcelona, en el cual varios científicos españoles sintetizaron químicamente dicha proteína, la clorotoxina. Analizaron de la misma forma diversas moléculas protéicas más simples y de menores dimensiones, las cuales destacan por ser equivalentes a la citada, es decir, por la similitud de sus características con las de la clorotoxina. De este modo, dieron con una proteína derivada de la inicial y la denominaron MiniCTX3. Ésta última prometía ser útil a la hora de administrar fármacos a pacientes con enfermedades cerebrales. 

Para comprobarlo, crearon modelos celulares de barrera hematoencefálica, la cual se singulariza por su permeabilidad altamente selectiva manteniendo al cerebro relativamente aislado de la sangre, evitando el paso tanto de sustancias tóxicas como de fármacos para tratar enfermedades y tumores. Los científicos verificaron que MiniCTX3 tiene la capacidad de atravesar esta barrera permitiendo, así, la llegada de moléculas al cerebro. El jefe del laboratorio, Ernest Giralt, manifiesta la importancia de la eficacia de esta proteína, afirmando que el 98% de los medicamentos orientados a la cura de diversas afecciones cerebrales son inútiles debido a la imposibilidad de alcanzar el cerebro.

Una de las peculiaridades del laboratorio del IRB en Barcelona es la búsqueda que llevan a cabo de productos naturales como venenos de diversos animales con el fin de obtener lanzaderas peptídicas o vectores moleculares con la capacidad de superar la barrera hematoencefálica. Asimismo, Meritxell Teixidó, miembro del grupo de investigación de dicho laboratorio formado por científicos como Benjamí Oller y Macarena Sánchez, proclama que el objetivo de la investigación en la que se encuentran trabajando actualmente es conseguir la llegada y consecuente actuación de los fármacos en el cerebro mediante la unión de estos con péptidos como el MiniCTX3, capaces de atravesar dicho impedimento y tratar enfermedades del sistema nervioso central. De este modo, dichos científicos han otorgado a estas moléculas el nombre de péptidos lanzadera, que mejoran la eficacia de los tratamientos.

Ernest Giralt puntualiza que el laboratorio IRB forma parte de los tres grupos en el mundo que investigan sobre las características, funcionalidad y propiedades de los péptidos lanzadera. Además, afirma que él y su grupo de investigadores decidieron centrarse en el estudio de la clorotoxina ya que en otras investigaciones anteriores se descubrió que actuaba en el cerebro como si de una toxina se tratase.

Fuentes: SINCAmbientumTICbeatRTVE.es

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