MITOCONDRIAS Y LISOSOMAS PARA LA LONGEVIDAD INTRACELULAR

Investigadores del Colegio de Medicina Baylor de Estados Unidos han conseguido dar un paso más para lograr la longevidad celular mediante el estudio de células del gusano Caenorhabditis elegans. Para conseguir esto, se han dedicado a investigar sobre las comunicaciones entre los diferentes compartimentos que mantienen a las células sanas mediante la comunicación entre ellos.

Las células humanas son uno de los principales motores de estudio médico en nuestro cuerpo. Pero,a pesar de todas las posibilidades que tienen, ¿Cuánto tiempo son capaces de sobrevivir en nuestro cuerpo?

Según un estudio publicado en Nature, nuestro organismo contiene más de 30.000 millones de células, cuya vida dura entre siete y diez años. Dentro de estas células, hay algunas que se renuevan en pocas horas, a diferencia de otras que pueden tardar décadas. Todo esto depende de la función y la localización de cada célula y se mide mediante estudios con el carbono-14.

Sin embargo, hay otras células en nuestro cuerpo, como las del cerebro o las de la lente interna del ojo, que duran toda la vida de un individuo. Aunque ha sido demostrado que nuestras neuronas (células del cerebro) también se regeneran mediante la neurogénesis.

El objetivo de los científicos estadounidenses es conseguir la prolongación de dicha esperanza de vida en las células estableciendo las conexiones que hay entre los diferentes compartimentos de ellas, las cuales sirven para mantener a la célula sana, una vez que se hayan interrumpido.

Mediante el estudio de células del gusano C. Elegans, se ha establecido una conexión entre los lisosomas y las mitocondrias. Los científicos encontraron una vía de señalización de los lípidos de los lisosomas que ayudan en la longevidad y observaron que la inducción de esta via de señalización activa genes específicos de las mitocondrias, los cuales desencadenan un cambio metabólico que indica el uso de lípidos como fuente de energía en lugar de triglicéridos. Este uso de lípidos como fuente de energía proviene una vida más sana y duradera.

Además, los investigadores afirman la comunicación de otros orgánulos con el mismo objetivo que el de los lisosomas y las mitocondrias, pero que durante el envejecimiento esa conexión se interrumpe. Por lo que si se encuentra la forma de comunicar orgánulos, se podrá alargar la vida de las células mucho más.

Fuente: BTB, Infosalud

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