Este extraño animal, que vive escondido entre el fango o la arena del fondo del mar, es una bonelia. Podríamos precisar que se trata de un gusano que pertenece al grupo de los equiuroideos, pequeños invertebrados marinos distintos de casi cualquier otro animal, pero todas estas precisiones científicas no hacen al caso.
Al menos si la ficha descriptiva de este gusano carece de interés, en cambio sus costumbres son muy curiosas. En las fotos se muestra una bonelia hembra, reconocible por su larga trompa bucal, que se prolonga como un látigo hasta su cuerpo en forma de saco. El macho no se puede ver, por la simple razón de que es muy pequeño y por vivir como parásito dentro del esófago de su excelente esposa. Para alimentarse y al mismo tiempo nutrir a su marido-feto, la bonelia extiende el cuello, que alcanza una longitud de unos 60 centímetros, y con él recorre los alrededores para atrapar las partículas animales o vegetales que arrastran las corrientes del mar.
La bonelia tiene la extraña facultad de determinar el sexo de su descendencia. Si deja los huevos en las arenas del fondo, éstos se transformarán en robustas hembras. Si, por el contrario, los recoge con la trompa antes de llegar a tierra, estarán condenados a convertirse en pequeños machos serviles y desmedrados.
Al menos si la ficha descriptiva de este gusano carece de interés, en cambio sus costumbres son muy curiosas. En las fotos se muestra una bonelia hembra, reconocible por su larga trompa bucal, que se prolonga como un látigo hasta su cuerpo en forma de saco. El macho no se puede ver, por la simple razón de que es muy pequeño y por vivir como parásito dentro del esófago de su excelente esposa. Para alimentarse y al mismo tiempo nutrir a su marido-feto, la bonelia extiende el cuello, que alcanza una longitud de unos 60 centímetros, y con él recorre los alrededores para atrapar las partículas animales o vegetales que arrastran las corrientes del mar.
La bonelia tiene la extraña facultad de determinar el sexo de su descendencia. Si deja los huevos en las arenas del fondo, éstos se transformarán en robustas hembras. Si, por el contrario, los recoge con la trompa antes de llegar a tierra, estarán condenados a convertirse en pequeños machos serviles y desmedrados.
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