NEURONAS ESPEJO

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Registran por primera vez la actividad de neuronas espejo en humanos, encontrando una mayor complejidad que la observada hasta ahora en monos.


La historia de las neuronas espejo es tan bonita que cuesta no creer en ellas, aunque finalmente no se demostrara su existencia. El concepto de las neuronas espejo se introdujo cuando se analizaba la actividad cerebral en unos monos. Se pudo ver que ciertas neuronas motoras se activan no solamente cuando el mono movía en brazo, sino cuando el mono veía a otro mover un brazo, aunque él no lo hiciera. Parecía que estas neuronas actuaban a modo de “espejo” de las acciones de los demás.
A partir de ahí se empezó a afirmar la existencia de otros tipos de neuronas espejo y se plantearon diversas modelos neurológicos basados en esta idea. Según algunos las neuronas espejo nos harían humanos y estarían detrás de nuestra capacidad de empatía, de sentirnos en la piel de los demás. Estas neuronas serían el mecanismo que nos permitiría “leer” la mente de los demás y solidarizarnos con ellos. 
De este modo, el sufrimiento que experimentamos al ver a nuestros semejantes sufrir después de un desastre natural, o incluso los sentimientos que tenemos al ver sufrir al personaje principal de una película dramática, estarían controlados por neuronas espejo. Otro tipo de películas más eróticas quizás funcionen bajo los mismos mecanismos neuronales. Incluso se llegó a proponer que algún tipo de autismo podría estar causado por un mal funcionamiento de este tipo de neuronas.
El problema es que no había pruebas de la existencia de estas neuronas, sólo sospechas de su existencia y pruebas indirectas. Algo que dificultaba la investigación en este campo era la dudosa moralidad de estudiar este asunto mediante el implante de electrodos en el cerebro de personas sanas.
Ahora, en la edición de abril de la revista Cell, Itzhak Fried y Roy Mukamel, de UCLA, dicen haber conseguido registrar por primera vez la actividad de neuronas espejo en el cerebro humano.
Los investigadores registraron la actividad individual y múltiple de las células nerviosas tanto de las regiones motoras del cerebro como de otras regiones relacionadas con la visión y la memoria. Comprobaron que la mayoría de las neuronas respondía solamente a la observación o ejecución de una acción, pero un 8% de ellas respondían a ambos, células que serían precisamente neuronas espejo. Además, mostraron que un subconjunto específico de estas neuronas espejo aumentaban su actividad durante la ejecución de un acto pero su actividad decrecía cuando la acción era sólo observada. Estos investigadores proponen la hipótesis de que la disminución de actividad de estas células durante la observación puede inhibir que el observador realice el mismo acto. Puede que este subconjunto de neuronas espejo nos ayude además a distinguir entre las acciones de los demás y las nuestras.
Los investigadores tomaron sus datos directamente de la actividad cerebral de 21 pacientes que eran tratados en el Ronald Reagan UCLA Medical Center para mitigar su epilepsia. Hubo que implantarles electrodos en el cerebro para identificar el foco de sus ataques de epilepsia para así diseñar un tratamiento. Aprovechando la oportunidad estos investigadores estudiaron las neuronas espejo con el consentimiento de los pacientes.
El experimento incluía tres partes: la expresión facial, agarrar algo y un experimento de control. Se grabó la actividad de 1.177 neuronas en los 21 pacientes mientras que éstos observaban o realizaban las mismas acciones. En la parte de observación los voluntarios observaron varias acciones representadas en la pantalla de un ordenador portátil. En la fase de actividad se pidió a los sujetos que realizaran una acción basada en la representación visual de una palabra. En la tarea de control se presentaban las palabras de la misma manera, pero se les pedía no ejecutar la acción.
Los investigadores encontraron que las neuronas se activaban tanto cuando el individuo realizaba la tarea como cuando la observaba. Las neuronas espejo que efectuaban las respuestas estaban localizadas en el córtex frontal medio y en el córtex temporal. Es la primera vez que se ve a dos sistemas neuronales reflejando respuestas a nivel celular, tanto en monos como en humanos.
El nuevo hallazgo demuestra que las neuronas espejo están localizadas en más áreas del cerebro humano de lo que previamente se creía. Dado que diferentes áreas del cerebro están especializadas en diferentes funciones (en este caso el córtex frontal medio está especializado en la selección de movimientos y el temporal en la memoria), el hallazgo sugiere que las neuronas espejo proporcionan una respuesta rica y compleja al reflejar las acciones de los demás.
Debido a que las neuronas espejo se activan tanto al efectuarse la acción como al ver ésta realizada por los demás, se cree que este reflejo es el mecanismo neuronal mediante el cual las acciones, intenciones y emociones de las personas pueden ser automáticamente entendidas.
Este estudio sugiriere que la distribución de estas células, que ligan la actividad de uno mismo con las de los demás, es más amplia de lo que previamente se creía.
Según Mukamel, en el autismo puede estar implicada una disfunción en este tipo de neuronas, pues en este caso los síntomas clínicos incluyen dificultades con la comunicación verbal y no verbal, con la imitación de los otros y problemas teniendo empatía hacia los demás. Por tanto, tener un mejor conocimiento del sistema de neuronas espejos podría ayudar a diseñar estrategias de tratamiento para este desorden.

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