Los armadillos son de los animales más raros que existen. Son mamíferos, pero al estar acorazados parecen reptiles. Tienen garras largas y afiladas y algunos si se sienten amenazados se transforman en una pelota blindada. Con semejante aspecto, entre cómico e intimidante, parecen salidos de otro mundo.
A pesar de su aspecto extraño, con esa armadura que da la impresión de que les dispone a la lucha, son todo lo contrario, muy tranquilos. Viven de noche, comen hormigas, termitas y otros pequeños animales.
Hay 20 especies en total y algunas comen también frutos. Tienen esta dieta de alimentos blandos porque no tienen dientes o los tienen minúsculos, blandos y sensibles con la raíz al aire. Es la característica principal de la familia al a que pertenecen, los dasipódidos. También lo son, los hormigueros, los perezosos y los pangolines.
Un escudo irrompible
El escudo de los armadillos está compuesto multitud de placas, formadas por un núcleo óseo, recubierto de material córneo, de queratina. La piel entre las bandas duras es flexible lo que le permite encorvar el cuerpo y resguardar las patas debajo cuando viene un depredador.
Algunas especies pueden hacerse una bola perfectamente compacta, pero otras no. Estas últimas, para protegerse permiten al depredador meter el hocico o la pata entre los pequeños huecos que quedan entre las placas. Cuando sucede aprietan y cierran esa parte de su armadura, asustando al depredador y a veces dañandole.
La mayoría de los armadillos viven en Sudamérica y Centroamérica, excepto el armadillo de nueve bandas que se extiende hasta Norteamérica.
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por comentar. Te rogamos que seas preciso y educado en tus comentarios.