Los días soleados no son habituales en los bosques europeos. A pesar de eso, los árboles son capaces de adaptarse a la cantidad de luz que reciben y potencian su fotosíntesis cuando el cielo está cubierto de nubes, por lo que se consigue una mayor absorción de carbono.
Un estudio recientemente publicado en Functional Ecology propone una explicación a este curioso fenómeno.
Durante los días nublados aumenta la cantidad de luz difusa y, gracias a esto, las ramas situadas en lo más profundo del árbol pueden recibir algo de luz y contribuir a la absorción de carbono. En cambio, en los días muy soleados, estas hojas se encuentran en sombra total y apenas realizan fotosíntesis.
Para llegar a estas conclusiones, los científicos del Centro de Investigación sobre Cambio Global de Brno (República Checa) cuantificaron la absorción neta de un bosque de coníferas en condiciones de nubosidad ausente y elevada. Además, midieron los niveles de clorofila en hojas a distintas alturas de la cubierta. De esta forma constataron la mayor absorción de carbono en días nublados, y que la explicación podría deberse al reparto equilibrado de la luz en todas las hojas del árbol.
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