El Instituto Karolinska de Suecia ha concedido este año el premio Nobel de Medicina a John B. Gurdon y Shinya Yamanaka.
Los descubrimientos de ambos científicos han cambiado por completo la visión del desarrollo y la especialización celular.
Gracias a ellos sabemos que la célula madura no tiene que limitarse siempre a su estado especializado. De hecho, mediante la reprogramación de células humanas, los expertos han podido desarrollar nuevas herramientas para el diagnóstico y la terapia de enfermedades.
Los descubrimientos de ambos científicos han cambiado por completo la visión del desarrollo y la especialización celular.
Gracias a ellos sabemos que la célula madura no tiene que limitarse siempre a su estado especializado. De hecho, mediante la reprogramación de células humanas, los expertos han podido desarrollar nuevas herramientas para el diagnóstico y la terapia de enfermedades.
Todo empezó en 1962, cuando John B. Gurdon descubrió que la especialización de las células es reversible. En un experimento clásico, reemplazó el núcleo celular inmaduro de una célula del óvulo de una rana por el núcleo de una célula intestinal madura.
Este óvulo modificado se convirtió en un renacuajo normal. Gurdon observó además que el ADN de la célula madura todavía tenía toda la información necesaria para desarrollar las células de la rana.
Pero no fue hasta 40 años más tarde cuando Shinya Yamanaka consolidó esta línea de investigación. Este investigador japonés definió en 2006 cómo las células intactas maduras en ratones podían ser reprogramadas para convertirlas en células madre inmaduras.
Yamanaka y Gurdon, los dos ganadores del
premio Nobel de Medicina de este año.
Imagen: Centro Alemán
de Investigación del Cáncer y
Universidad de Cambridge.
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Sorprendentemente, mediante la introducción de sólo unos pocos genes, Yamanaka pudo reprogramar células maduras para convertirse en células madre pluripotentes, es decir, células inmaduras que son capaces de convertirse en cualquier tipo de células en el cuerpo.
Los descubrimientos de Gurdon y Yamanaka han demostrado que las células especializadas pueden dar marcha atrás al reloj del desarrollo en determinadas circunstancias ya que, a pesar de que su genoma sufre modificaciones durante el desarrollo, dichas alteraciones no son irreversibles.
Durante los últimos años, los expertos han demostrado que las células madre pluripotentes inducidas (iPS) pueden dar lugar a todos los tipos de células diferentes del cuerpo. Estos avances han propiciado un notable progreso en muchas áreas de la medicina.
Además, las iPS también se pueden preparar a partir de células humanas. Por ejemplo, las células de la piel pueden ser obtenidas de pacientes con diversas enfermedades, reprogramarlas, y examinarlas en el laboratorio para determinar cómo se diferencian de las células de individuos sanos.
Para los expertos, estas células constituyen una herramienta muy valiosa para comprender los mecanismos de la enfermedad y así ofrecer nuevas oportunidades para el desarrollo de terapias médicas.
Desde 1901, la institución sueca concede cada año estos premios, dotados con 1,08 millones de euros a los expertos que hayan realizado el descubrimiento más importante en el campo de la fisiología o la medicina.
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