Según un estudio dirigido por Andrew Gallup, investigador de la Universidad de Princeton (EE UU), bostezar no es solo un indicador de fatiga o aburrimiento. De hecho, Gallup ha demostrado que la frecuencia con la que bostezamos varía según la estación del año, y que las personas bostezan menos cuando el calor al aire libre es mayor que la temperatura corporal, lo que tendría justificación si el bostezo sirve para que el cerebro regule su temperatura.
Los científicos comprobaron que somos más partidarios de bostezar en invierno que en verano. Las altas temperaturas externas no proporcionan ningún alivio para el cerebro recalentado, mientras que cuando hace más frío un bostezo sirve para que entre aire fresco y descienda la temperatura de nuestra cabeza.
Básicamente abrimos la boca cuando la temperatura del cerebro aumenta, y la consecuencia fisiológica es que nuestras neuronas se enfrían. Bostezar cuando hace mucho calor en el exterior podría ser contraproducente.
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por comentar. Te rogamos que seas preciso y educado en tus comentarios.