Son un foco de infección ya que puede albergar hasta 10 mil
bacterias y hongos recogidos del medio ambiente en que se encuentra
Un chicle masticado y arrojado o pegado en la vía pública es
un foco de infección y un riesgo para la salud de los habitantes, ya que puede
albergar hasta 10 mil bacterias y hongos recogidos del medio ambiente en que se
encuentra, alertó Víctor Calderón Salinas, investigador del Cinvestav.
El investigador del Departamento de Bioquímica del Centro de
Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) destacó que cada chicle es un
foco de contaminación, ya que contiene microorganismos de la persona que lo
masticó.
Por ejemplo, si padece tuberculosis, salmonelosis o un
estafilococo, al desecharlo en el piso esas bacterias se esparcirán en el aire
y también será un acumulador del polvo, la tierra y la inmundicia de la ciudad,
agregó.
¨La situación se vuelve preocupante cuando se sabe que
aproximadamente 20 por ciento de la superficie del Centro Histórico está
cubierta de chicles". señaló.
Precisó que a pesar de que existen máquinas especiales para
desintegrarlos y removerlos del suelo, la cantidad supera el presupuesto para
el mantenimiento de las máquinas y la velocidad con la que se vuelve a llenar
de chicles la calle, no permite ver avances.
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