Linneo clasificó el árbol de cacao, el cacaotero, como Theobroma cacao, nomenclatura que posteriormente daría nombre a uno de sus componentes principales y causante del placer que nos produce comer este alimento: la teobromina. ¿Es cierto que es una sustancia tóxica para algunos animales? ¿Por qué nos produce placer?
La familia botánica Theobroma proviene de juntar dos términos: Theo, que significa dios y es también la raíz de otras palabras como teología, y Broma que significa alimento. De este modo Linneo creo esta familia que daba frutos para cocinar el “alimento de los dioses” por decirlo de algún modo. Tal es así que los mayas reservaban su consumo a las clases más altas de su sociedad.
Del cacao se conoce su alto poder energético, pero poca gente está al tanto del poder de uno de sus compuestos esenciales: la teobromina. Se trata de un compuesto químico natural que pertenece a la familia de las metilxantinas, en la que también se encuentra, por ejemplo, la cafeína. De hecho, produce efectos similares a la misma, estimulando el sistema nervioso aunque de manera mucho menos notoria, provocando esa sensación de placer en muchas personas cuando comen chocolate.
No es la única fuente de teobromina
El cacao no es la única fuente natural de teobromina. El guaraná (Paullinia cupana), por ejemplo, también cuenta con él entre sus componentes esenciales, junto con la cafeína y la teofilina. Sin embargo el principal estandarte de este componente es, sin duda alguna, el cacao. Sus semillas contienen entre un 1% y un 4% de teobromina de modo que, cuando se elabora el chocolate negro su porcentaje es aproximadamente del 1,5%. Este porcentaje es mucho menor cuando se mezcla con leche, de ahí que, junto con las preferencias de sabor, mucha gente prefiera los chocolates más puros.
En humanos produce placer pero en otras especies puede ser perjudicial para la salud. Mientras que nosotros lo metabolizamos sin problemas transformándolo en otros compuestos más benévolos para el organismo, algunos animales como los perros no tienen esa facilidad metabólica. Cuando lo consumen, su hígado no consigue metabolizarlo y permanece más tiempo en su sangre, pudiendo alcanzar, en caso de alimentarle habitualmente con chocolate, niveles tóxicos para el animal. En palabras de López-Corcuera, “en algunos animales es tóxica a las concentraciones presentes en el cacao, sobre todo en perros, gallinas, conejos, etcétera”. Para los humanos, apunta la investigadora, “no existen valores de referencia de toxicidad”.
En relación con este compuesto, recientemente se ha descubierto una variedad de cacao en Tanzania con un mayor contenido en teobromina, lo que aumentaría esta sensación de placer cuando se consume chocolate. De hecho el fabricante de helados Magnum, ha reservado la mayoría de la producción de este tipo de cacao para crear un nuevo producto centrado en la sensación de placer en el
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