Una nueva investigación corrobora que hace 41.000 años tuvo lugar una inversión completa y rápida del campo magnético de nuestro planeta. Los análisis de núcleos de sedimentos extraídos del Mar Negro muestran que durante este período de la última edad de hielo una brújula en el Mar Negro habría apuntado al sur en lugar de al norte.
Lo más notable es la velocidad de la inversión: Los cambios de polaridad duraron sólo 250 años, un abrir y cerrar de ojos en la escala geológica del tiempo. Durante este período, el campo magnético de la Tierra fue muy débil, con sólo el 5 por ciento de la fuerza del campo actual. Como consecuencia, la Tierra quedó muy desprotegida ante los rayos cósmicos, lo cual condujo a una exposición bastante mayor a estos.
Los rayos cósmicos son chorros de partículas subatómicas aceleradas a enormes velocidades, y que continuamente bombardean la Tierra.
Además, cada cientos de miles de años, el campo magnético de la Tierra se invierte — una brújula que ha apuntado al norte en vez apuntaría hacia el sur. Estos volteos son capturados por los minerales magnéticamente sensibles en la lava en enfriamiento que están literalmente en piedra apuntando a donde los polos se encontraban en ese momento particular de la historia de la Tierra.
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