Los sueños, aunque tienen sus propias reglas, pertenecen a
un mundo que se nutre directa aunque azarosamente de esto que llamamos
realidad. Aquí 5 factores que nunca creerías que afectan tus fantasías
oníricas.
Los sueños se consideran, desde tiempos remotos, una especie
de mundo paralelo que si bien tiene sus propias reglas, no es del todo
autónomo, pues posee numerosos e insoslayables puentes de comunicación con el
que podríamos denominar el “mundo real”: sin nuestras experiencias cotidianas,
es difícil decir qué forma tomarían estos.
Como sabemos de sobra, aquello que vivimos y que nos
impacta, las personas que conocemos, las palabras que escuchamos, son apenas
algunos ejemplos de la siempre azarosa influencia que el exterior tiene en
nuestras fantasías oníricas, factores entre los que se encuentra un puñado de
inesperados de los que seguramente no creerías que también afectan las visiones
que tienes por las noches.
El campo magnético de la Tierra
Parte importante de nuestro funcionamiento corporal se
relaciona con el magnetismo y la energía eléctrica, especialmente nuestro
sistema nervioso y nuestros procesos cerebrales. Pero también nuestro planeta
tiene sus propias energías (as above so below), con las cuales se teje una
singular relación entre individuo y entorno que, en el caso de los sueños,
encuentra una expresión imprevisible: según el psicólogo Darren Lipnicki, que
registró sus sueños durante 8 años continuos, una actividad geomagnética baja
se traduce en sueños más extravagantes y, por el contrario, en zonas donde el
campo magnético es intenso, los sueños son más sensatos.
Videojuegos
Ser un gamer asiduo repercute directamente en tu calidad
onírica, especialmente en la capacidad de tener sueños lúcidos. Jayne
Gackenbach, investigadora de este fenómeno en la Grant MacEwan University, ha
analizado el efecto que los videojuegos tienen en los sueños, sugiriendo que
estos entrenan la mente para tomar el control de una situación fantástica. En
algunos casos incluso parece darse la habilidad de evadir pesadillas, al
parecer porque quien frecuenta este tipo de entretenimiento también está
acostumbrado a responder mentalmente ante situaciones amenazantes.
Tendencia política
Aunque puede ser un tanto reduccionista, la preferencia
política de una sociedad puede entenderse en un espectro cuyos extremos son el
liberalismo o el conservadurismo. Por sus ideas una persona puede tender así
uno de estos dos puntos y, en el caso del sueño, esta inclinación hace que el
contenido onírico también responda en consecuencia. De acuerdo con diversas
investigaciones, los sueños de los liberales tienen más imágenes extravagantes
en comparación con los de los conservadores, quienes además de que tienen más
dificultad para recordar lo que soñaron, son más proclives a la pesadilla.
Olores
Los olores son una de las formas más efectivas para hackear
el azar y predisponer el sueño de una persona. Investigadores del Hospital
Universitario de Mannheim, en Alemania, encontraron que los aromas guardan una
relación de correspondencia con la cualidad de un sueño: los repugnantes, como
el de huevo podrido, alimenta sueños igualmente desagradables o negativos,
mientras que los gratos, como el de rosas, suscitan “dulces sueños”. Al parecer
esto es consecuencia de la actividad del sistema límbico, la zona del cerebro
que controla las emociones y el comportamiento y el cual reacciona ante la
percepción olfativa, íntimamente ligada con la memoria, los sentimientos y el
ánimo en general.
Creatividad
La creatividad —que es, a su manera, una habilidad que puede
ejercitarse— es uno de los factores cuya influencia en los sueños permanece
todavía inexplorada. De entrada David Watson, psicólogo en la Universidad de
Iowa, descubrió que las personas creativas tienen mayor facilidad para recordar
sus sueños, creatividad que se expresa en conductas como el fantaseo diurno, la
imaginación e incluso el ensimismamiento.
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