La entrada al mundo laboral ha implicado modificaciones en
el papel tradicional de la mujer, pero también en su cuerpo, pues la exigencia
cultural y social las lleva a estar siempre delgadas, en buena forma y jóvenes,
afirmó la especialista Teresita Morfín López.
"La entrada de la mujer al mundo laboral no modificó
únicamente el rol tradicional que había desempeñado, también cambió la
estructura de su cuerpo", insistió la investigadora del Departamento de
Salud, Psicología y Comunidad (DSPC) del ITESO.
La catedrática del Instituto Tecnológico de Estudios
Superiores de Occidente (ITESO) señaló que hasta antes de la revolución
femenina, el cuerpo de la mujer era un reflejo de la maternidad, mientras que
ahora se proyecta una imagen ejecutiva.
"Culturalmente ha habido una modificación, que la vemos
en los medios de comunicación, el modelo de mujer ha cambiado, ya no es una
mujer que es ama de casa, que es madre. Incluso, el cuerpo de las mujeres se
modificó, la estructura física de la mujer es la delgadez, en cuerpo deportivo,
una firmeza en los muslos", aseguró.
Añadió que de acuerdo a fotografías de mujeres de hace 100
años, eran regordetas, que es una visión maternal del cuerpo de la mujer,
"porque su función era ser madre, ser la que estaba en la casa, la que
daba el alimento emocional como de preparar las comidas", explicó.
Indicó que ahora la mujer es delgada, firme, sin arrugas,
atemporal, permanentemente joven y se le pide que tenga control sobre su
cuerpo, "que se vea guapa, maquillada, y si es posible y se puede hacer
cirugía, pues mejor".
Agregó que ahora existe un culto al cuerpo de la mujer que
es distinto a las féminas de antes y comentó que estas exigencias les han
traído también una fuerte carga de estrés.
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