Aunque muchos se empeñen en decir lo contrario, la presencia cada vez más abundante de fuentes de luz artificial se ha convertido un gran problema para la salud del ritmo biológico o circadiano, el cual es responsable entre otras cosas de controlar los ciclos de sueño.
El uso de aparatos luminosos antes de dormir puede multiplicar este fenómeno ya que la luz artificial altera notablemente el ciclo de sueño de las personas y otros animales, engañando al cuerpo inconscientemente al percibir esos rayos de luz llegada la noche.
Las tablets y otros dispositivos móviles sólo contribuyen a empeorar esta situación, lo cual advirtió la Asociación Americana de Medicina en su última reunión anual. “La excesiva exposición a la luz durante la noche altera estos procesos esenciales y puede crear efectos potencialmente perjudiciales y situaciones peligrosas”, publicó la revista Nature.
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